El verano avanza y, con él, los riesgos de incendios en áreas agrícolas vuelven a cobrar protagonismo en el panorama de emergencias de Catalunya. Este miércoles, un nuevo incidente ha obligado a desplegar un importante operativo de extinción, mostrando una vez más la vulnerabilidad del territorio ante las altas temperaturas y la sequedad extrema de los campos.
Despliegue urgente ante un incendio de rápida propagación
La alerta ha saltado minutos antes de las dos de la tarde, cuando la central de emergencias ha recibido el aviso de un incendio que estaba comenzando a consumir vegetación agrícola en una zona rural. Pronto, una columna de humo blanquecina se ha hecho visible desde distintos puntos de la comarca, despertando la preocupación entre agricultores y vecinos de los alrededores. Según la información facilitada por Bombers de la Generalitat, el foco principal del incendio se localiza en el término municipal de El Far d’Empordà, un entorno caracterizado por extensos campos de cultivo y sin núcleos urbanos cercanos en peligro inmediato.
El operativo de respuesta ha sido inmediato y contundente: hasta 16 dotaciones de bomberos se han activado en la emergencia, de las cuales 12 eran terrestres y 4 aéreas. Entre los medios aéreos movilizados, se encuentra un helicóptero de mando, un bombardero y dos aviones de vigilancia y ataque, imprescindibles para realizar descargas sobre zonas de difícil acceso y supervisar la evolución del fuego desde el aire.
Trabajo coordinado y evolución favorable
La intervención en el incendio de El Far d’Empordà está contando, además, con la colaboración de agricultores de la zona, que han puesto a disposición de los equipos un tractor para realizar cortafuegos en los campos próximos. Gracias a esta coordinación, poco antes de las tres de la tarde, el avance del fuego ha podido ser frenado al encontrarse con un campo de maíz, que ha actuado como barrera natural y ha permitido a los bomberos centrarse en los flancos para estabilizar el perímetro. E
A pesar de la espectacularidad de la columna de humo y el amplio despliegue de recursos, los bomberos han confirmado que el incendio afecta mayoritariamente a vegetación agrícola y no hay riesgo para ningún núcleo habitado. Las imágenes aéreas difundidas por los propios servicios de extinción muestran la magnitud de la zona quemada y el esfuerzo colectivo para contener las llamas en un paisaje típicamente veraniego del Empordà.
El episodio de El Far d’Empordà se suma a la larga lista de incendios agrícolas y forestales que, cada año, ponen a prueba la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia en Catalunya. El periodo estival, especialmente a partir de finales de junio, representa el momento de mayor vulnerabilidad para los cultivos y bosques, coincidiendo con olas de calor, viento y falta de precipitaciones. Este contexto obliga tanto a las administraciones como a los agricultores a extremar la vigilancia, mantener limpios los márgenes y colaborar activamente en la prevención de siniestros.