Cuando una casa se incendia, los peligros inmediatos son el fuego, el humo y las temperaturas extremas. El fuego se propaga rápidamente, consumiendo materiales inflamables y extendiéndose por la estructura. Las llamas pueden alcanzar temperaturas altísimas, superando hasta los 600 grados Celsius, lo que hace imposible que una persona sobreviva en su proximidad directa sin sufrir graves quemaduras.
Además, el fuego consume oxígeno del ambiente y emite gases tóxicos como monóxido de carbono y dióxido de carbono. Que, al ser inhalados, causan intoxicación, pérdida de conciencia y, en casos graves, asfixia. Esta es una de las principales causas de muerte en los incendios domésticos, ya que el humo se acumula rápidamente y reduce la visibilidad, dificultando mucho la salida.
Otro peligro en los incendios domésticos es la inestabilidad estructural. A medida que el fuego consume la madera, el yeso y otros materiales de construcción, las paredes, techos y pisos se debilitan, provocando el colapso de partes de la estructura.
Trágico accidente en un incendio
Una persona ha fallecido en un incendio de vivienda en Sant Fruitós de Bages. La víctima es un hombre de 54 años, según confirmaron fuentes policiales al ACN. Los Bomberos recibieron un aviso a las 12.00 horas que alertaba de humo en el interior de una casa.
Se han desplazado cuatro dotaciones y al llegar han comprobado que ya no había ningún incendio activo. En el interior de una habitación llena de humo localizaron el cuerpo de una persona. El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) ha activado dos unidades.
Y por parte de los Mossos d'Esquadra se han activado también varios efectivos de seguridad ciudadana y también de la unidad de investigación, que se ocupará del caso. En principio descartan una explosión y tampoco han hallado indicios de criminalidad, apuntan las mismas fuentes.
Medidas a tener en cuenta para evitar esta desgracia
Para evitar salir herido en el caso de un incendio en casa, una de las medidas más importantes es tener un plan de evacuación familiar y practicarlo regularmente. Este plan debe incluir rutas de escape claras desde cada habitación, puntos de encuentro seguros fuera de la casa y tareas específicas para cada miembro. Además, instalar detectores de humo en cada piso y en zonas clave como dormitorios y pasillos es fundamental.
Ya que estos dispositivos alertan del peligro en sus etapas iniciales, dando tiempo para evacuar antes de que el humo y las llamas se expandan. Verificar las alarmas de humo cada mes y cambiar las baterías al menos una vez al año ayuda a asegurar su correcto funcionamiento en el caso de emergencia. Es igualmente importante mantenerse cerca del suelo al evacuar, ya que el humo tóxico tiende a acumularse en las partes superiores de las habitaciones.