Un despertar abrupto y una densa humareda se convirtieron en la peor pesadilla para los inquilinos de una vivienda, transformando una tranquila madrugada en un complejo operativo de emergencias. El incidente, que inicialmente parecía un susto doméstico, escaló rápidamente, movilizando a numerosos efectivos y dejando un saldo de catorce personas afectadas por intoxicación, entre ellas, una notable cantidad de menores de edad.
Lo que comenzó con una llamada de alerta se destapó como un grave suceso que puso de manifiesto los peligros latentes en objetos cotidianos.
El origen de la emergencia, según las primeras investigaciones, apunta a un dispositivo tan común en nuestros días que pocos repararían en su potencial destructivo: un patinete eléctrico.
Este aparato, mientras se encontraba en el interior del inmueble, podría haber sufrido un fallo que desencadenó el fuego, llenando la casa de un humo tóxico que sorprendió a sus ocupantes mientras dormían o se encontraban en un estado de somnolencia, lo que agravó la situación y provocó una crisis de ansiedad generalizada.

Una llamada de alerta en la madrugada
Todo comenzó a las 6:07 horas de la madrugada de hoy martes, 15 de julio. El Servicio de Emergencias de Castilla y León 112 recibió varias llamadas simultáneas que informaban de un incendio en una vivienda situada en la calle Antonio Monedero de la localidad de Dueñas, en Palencia.
Los alertantes, con la voz entrecortada por la angustia, explicaban que varias personas que ya habían logrado salir del inmueble presentaban síntomas claros de intoxicación por haber inhalado una gran cantidad de humo. La situación era crítica, ya que el humo se había extendido con gran rapidez por todas las estancias.
La rápida notificación fue clave para activar de inmediato el protocolo de emergencias. La coordinación entre los distintos cuerpos de seguridad y sanitarios se puso en marcha en cuestión de minutos, un factor determinante para evitar que las consecuencias fueran aún más graves. La precisión de los testimonios iniciales permitió a los operadores del 112 hacerse una idea clara de la magnitud del suceso y de los recursos que serían necesarios para controlarlo.
Amplio dispositivo de emergencia en Dueñas
La respuesta a la llamada de auxilio fue masiva y coordinada. La sala de operaciones del 112 movilizó de inmediato a la Guardia Civil de Palencia, a la Policía Local de Dueñas y a los Bomberos de la Diputación de Palencia, que se desplazaron al lugar para sofocar las llamas y asegurar la estructura de la vivienda afectada. Simultáneamente, el centro coordinador de urgencias de Emergencias Sanitarias-Sacyl desplegó un importante contingente médico para atender a las víctimas.

El equipo sanitario enviado a Dueñas estaba compuesto por una UVI móvil, cuatro ambulancias de soporte vital básico y personal del centro de salud de Venta de Baños. Este despliegue permitió estabilizar y atender a los catorce afectados en el mismo lugar de los hechos antes de decidir su traslado a diferentes centros hospitalarios. Además, se activó al Centro Coordinador de Emergencias de la Junta de Castilla y León para explorar la posibilidad de ofrecer apoyo en el realojo de los inquilinos, aunque su principal preocupación en ese momento era la salud de los intoxicados.
Catorce afectados, ocho de ellos menores
El balance final del incendio arrojó una cifra preocupante: catorce personas intoxicadas por humo, de las cuales más de la mitad eran menores de edad. El personal sanitario de Sacyl atendió a un grupo heterogéneo que incluía dos niños de un año, y otros menores de 2, 3, 4, 9, 14 y 17 años. Junto a ellos, seis adultos de 20, 21, 24, 27, 41 y 20 años también resultaron afectados.
La gravedad de los síntomas obligó a trasladar a los heridos a distintos hospitales para recibir tratamiento especializado. Al Hospital Río Carrión de Palencia fueron evacuados una mujer de 41 años y dos varones de 40 y un año, junto con dos mujeres de 19 y 17 años y cuatro varones de 21, 20, 14 y nueve años. Por otro lado, al Hospital Clínico Universitario de Valladolid se trasladó en ambulancia de soporte vital básico a dos mujeres de 27 y cuatro años, y a tres varones de 24, tres y un año, garantizando así una atención médica continua y especializada según las necesidades de cada paciente.