Manos esposadas levantadas frente a un coche de policía con luces azules encendidas.

Detenido imán que vive de okupa por presunto maltrato de niños y discursos radicales

Silencio sepulcral de los wokes tras la detención de uno de sus protegidos

La Comissaria General d'Informació de los Mossos d'Esquadra ha procedido a la detención de un hombre que ejercía como imán, acusado de cargos tan graves como el maltrato a menores y la difusión de proclamas extremistas.

Los hechos han tenido lugar en el conocido barrio de la Marca de l'Ham de Figueres (Girona), un enclave cuya propia comunidad ha sido clave para destapar el caso. La noticia, explicada por la periodista Anna Punsí en su cuenta de Twitter, revela una compleja trama de presuntos abusos y radicalismo que se desarrollaba en el interior de una madrasa. A pesar de la gravedad de los cargos, el individuo ha quedado en libertad tras su detención.

La propia comunidad destapó el caso

Uno de los aspectos más notables de esta operación es el origen de la misma. Lejos de ser una investigación iniciada por una pista externa o un chivatazo anónimo, la acción policial tiene su raíz en el valor y la determinación de los propios vecinos del barrio.

Coche de Mossos con el número 112
Coche de los Mossos d'Esquadra | ACN

Fueron los miembros de la comunidad musulmana de la Marca de l'Ham quienes, tras detectar las presuntas malas prácticas y el inquietante cariz de las enseñanzas del imán, decidieron tomar cartas en el asunto.

Según ha trascendido, la propia comunidad lo apartó de sus funciones al frente de la madrasa, el lugar donde impartía sus lecciones a los niños. No contentos con ello, y conscientes de la gravedad de la situación, decidieron dar el paso definitivo y pusieron los hechos en conocimiento de los Mossos d'Esquadra.

Un historial de ocupación y la amenaza de expulsión

El perfil del detenido añade más capas de complejidad al suceso. El hombre, que llegó a Catalunya hace aproximadamente dos años, se había instalado en el barrio en una situación irregular. Según las informaciones confirmadas, reside como okupa en un piso junto a su mujer y sus cuatro hijos.

La detención por parte de los Mossos d'Esquadra se centra en la vía penal por los presuntos delitos de maltrato y adoctrinamiento. Sin embargo, el caso ha activado también las alarmas de otros cuerpos de seguridad. La Policía Nacional, competente en materia de extranjería, ya ha iniciado los estudios pertinentes sobre su situación administrativa.

Sobre la mesa se encuentra la posibilidad de iniciar un expediente de expulsión del país, una medida que se toma en casos de grave alteración del orden público o amenaza para la seguridad nacional. La decisión final dependerá del análisis de su estatus y de la gravedad de los hechos que se le imputan en la investigación penal.

Figueres, un foco sensible en la lucha contra el radicalismo

La detención no ocurre en un vacío. La ciudad de Figueres y la provincia de Girona en su conjunto han sido en el pasado escenario de diversas operaciones de las fuerzas de seguridad contra el yihadismo y la radicalización violenta.

Un coche de policía estacionado frente a un edificio con una persona caminando cerca.
Coche de los Mossos d'Esquadra delante de una comisaria | ACN

Su proximidad a la frontera francesa convierte a esta zona en un punto estratégico y sensible para el tránsito de personas y la difusión de ideologías extremistas, algo que los cuerpos policiales vigilan con especial atención. Este historial convierte cada nuevo caso, como el del imán de la Marca de l'Ham, en una señal de alerta que activa todos los protocolos.

Ahora, mientras el detenido se encuentra en libertad a la espera de que el proceso judicial siga su curso, la atención se centra en dos frentes paralelos: el recorrido que tendrá la investigación por maltrato y discursos radicales en los tribunales, y la decisión administrativa que la Policía Nacional tome sobre su permanencia.