La jornada parecía discurrir con normalidad, entre risas y la emoción habitual de una salida grupal. Sin embargo, lo que debía ser una experiencia inolvidable se transformó en una noche de angustia y preocupación para decenas de familias, monitores y servicios de emergencia. El desconcierto y la incertidumbre se apoderaron de todos cuando se hizo evidente que un numeroso grupo de menores y sus responsables no daba señales de vida tras varias horas de excursión.
La información, adelantada por el medio digital La Veu de Lleida, permitió reconstruir cómo se desarrollaron los hechos a lo largo de la noche del 15 al 16 de julio de 2025. Ha sido durante la madrugada cuando han saltado todas las alarmas: 41 niños del colegio Episcopal de Lleida, acompañados por 7 monitores, se encontraban en paradero desconocido tras haberse perdido en una zona montañosa cercana a la localidad de Forcat, en la Franja de Ponent. Según la información compartida por el citado medio, la preocupación ha sido máxima debido a la edad de los menores y las circunstancias en las que se encontraban.
Todo comenzó con una llamada de alerta recibida a las 22:00 horas por la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Pont de Suert. A partir de ese momento, la coordinación entre los cuerpos de seguridad y emergencias ha sido ejemplar. El operativo de búsqueda se ha puesto en marcha apenas media hora después y se ha mantenido activo durante varias horas, hasta que finalmente, hacia la 01:30 de la madrugada, se ha puesto punto y final al operativo de búsqueda.

Todo ha quedado en nada
La actuación de los Mossos d'Esquadra y de los Bombers de la Generalitat ha resultado crucial para el desenlace feliz de este incidente. Equipos de rescate experimentados se han desplazado hasta el lugar con el objetivo prioritario de encontrar cuanto antes a los menores y monitores extraviados. Uno de los aspectos más delicados era que los niños no habían ingerido líquidos desde las cinco de la tarde, tal y como destaca La Veu de Lleida en sus redes sociales, por lo que el equipo de rescate decidió cargar una mochila repleta de agua para atender a los pequeños nada más localizarlos.
Las imágenes publicadas por el medio muestran la intensidad y el esfuerzo del operativo, con linternas, material sanitario y la colaboración de todos los implicados en el rescate. A pesar de que alguno de los menores sufrió episodios de ansiedad, todos han sido hallados en buen estado físico y emocional, sin tener que lamentar lesiones graves.
La respuesta inmediata de las autoridades ha sido determinante para que la historia no terminara en tragedia. El hecho de que la búsqueda se iniciara en cuanto se tuvo conocimiento de la desaparición permitió que los niños y monitores pasaran el menor tiempo posible en la montaña sin supervisión ni recursos.