Persona con casco y equipo de escalada descendiendo por una cuerda en una cueva iluminada artificialmente, rodeada de paredes rocosas y vegetación.

Rescate de madrugada de dos escaladores

La intervención del GRAE ha sido clave

Un descenso complicado en la oscuridad se convirtió en una operación de rescate durante la pasada noche. Dos escaladores experimentaron serias dificultades mientras intentaban completar su actividad en una conocida pared rocosa. La caída del sol y la complejidad del terreno transformaron su aventura en una situación de riesgo. El cansancio acumulado y la falta de visibilidad les obligaron a solicitar ayuda externa para poder regresar sanos y salvos.

La intervención de los equipos de emergencia se hizo necesaria para garantizar la seguridad de los deportistas. El aviso se recibió pasadas las once de la noche, movilizando a los especialistas en rescates de montaña.

Estos profesionales se enfrentaron al desafío de acceder a una zona escarpada en plena oscuridad. La operación requería precisión y un conocimiento profundo del entorno para evitar cualquier percance adicional durante la aproximación a los afectados.

Camión de bomberos rojo con la palabra
Bombers de Catalunya | ACN

Una llamada de auxilio en Montserrat

El suceso tuvo lugar en la emblemática montaña de Montserrat, un paraíso para los amantes de la escalada. Concretamente, los dos deportistas se encontraban descendiendo  l'Agulla la Mòmia, en el término municipal de Monistrol de Montserrat.

Esta aguja es una de las formaciones más características y frecuentadas de la zona, pero no está exenta de peligros. El aviso a los servicios de emergencia se produjo a las 23:05 horas del domingo, cuando los escaladores se vieron incapaces de continuar el descenso por sus propios medios.

Los Bombers de la Generalitat activaron inmediatamente a efectivos del Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE). Este equipo especializado en rescates de montaña inició la aproximación a pie hasta el punto donde se encontraban los escaladores. La orografía de Montserrat, con sus canales y paredes verticales, convierte cualquier operación nocturna en una tarea de alta complejidad. La preparación y experiencia de los bomberos resultaron cruciales para llegar hasta los afectados de forma rápida y segura.

El desenlace de una noche complicada

Mientras los efectivos del GRAE ascendían hacia su posición, los escaladores habían conseguido iniciar el rápel. Esta maniobra de autodescenso mediante cuerdas es una técnica habitual, pero puede ser muy arriesgada en condiciones adversas.

La llegada de los bomberos proporcionó el apoyo necesario para completar la operación sin incidentes. Los especialistas les acompañaron durante el resto del descenso, asegurando cada paso en la oscuridad.

Una vez en la base de la pared, la labor de los equipos de rescate no había terminado. Guiaron a los dos deportistas a través del terreno irregular hasta el lugar donde habían estacionado su vehículo. Afortunadamente, ambos escaladores se encontraban en buen estado físico y no necesitaron asistencia médica. El incidente se saldó con un gran susto y una valiosa lección sobre la importancia de planificar al detalle las actividades en la montaña.

Camiones de bomberos rojos estacionados en una base
Camiones de los Bomberos | Govern

La importancia de la prevención en la escalada

Este rescate en Montserrat subraya la importancia de la prudencia y la preparación en los deportes de montaña. La escalada, aunque apasionante, entraña riesgos que pueden magnificarse con la llegada de la noche o un cambio inesperado en la meteorología. Es fundamental calcular bien los tiempos, llevar siempre material adecuado como frontales con baterías de repuesto y conocer los propios límites.

Los cuerpos de rescate como el GRAE realizan una labor encomiable, pero la primera línea de seguridad es siempre el propio deportista. Informar a alguien de la ruta prevista y la hora estimada de regreso es una medida sencilla que puede marcar la diferencia. Este suceso, afortunadamente sin consecuencias graves, nos recuerda que la montaña exige el máximo respeto y una preparación exhaustiva para disfrutarla plenamente.