Dos bomberos apagan un incendio en un campo seco con una manguera de agua mientras un camión de bomberos rojo está estacionado cerca

Rápida intervención de los bomberos en un incendio de vegetación

El fuego, declarado en Malla (Osona) vuelve a evidenciar el alto riesgo de incendios en Cataluña.

Esta mañana se ha desatado un fuego en plena naturaleza que, afortunadamente, no llegó a transformarse en tragedia gracias a una actuación fulminante por parte de los equipos de emergencias.

Sin embargo, lo ocurrido pone de relieve de nuevo la amenaza constante que representan incluso los conatos de incendio. Un solo foco mal gestionado puede desencadenar consecuencias graves bajo ciertas condiciones meteorológicas.

Un fuego contenido en tiempo récord

El incidente se produjo este jueves por la mañana en la zona conocida como la Font de Sant Joan, ubicada en el municipio de Malla, en la comarca de Osona (Barcelona).

Según el recuento oficial de Bombers de la Generalitat, el fuego se declaró alrededor de las 11:17 h y afectó aproximadamente unos 500 m² de vegetación,  principalmente matorral y rastrojo.  Esto dio  lugar a un conato de baja intensidad, rápidamente acotado por los operativos desplazados al lugar.

Cuatro dotaciones de bomberos se desplazaron al lugar y comenzaron la intervención con vehículos y mangueras, remojando el perímetro y controlando el avance del fuego en cuestión de minutos.

La acción rápida y coordinada permitió extinguir el incendio sin que hubiera que lamentar daños materiales significativos ni heridos.

Riesgo elevado durante la jornada

Cabe señalar que, según datos de Agriculturacat facilitados esta misma mañana, la situación de riesgo por incendios forestales en Cataluña continuaba siendo “muy alta” en 38 municipios.

Camión de bomberos y dos bomberos apagando un incendio en un campo seco
Bomberos apagando un incendio en Malla (Osona) | @bomberscat

Además, estaba previsto un aumento de la inestabilidad atmosférica debido a tempestades vespertinas, acompañadas de vientos y posibles relámpagos. Precisamente esa situación complica sobremanera las tareas de extinción, ya que un relámpago seco puede originar nuevos focos ilegales o naturales.

El efecto del viento y los rayos en los incendios

Durante episodios de viento moderado o racheado, las brasas transportadas pueden saltar cortafuegos naturales o humanos, provocando flancos secundarios difíciles de controlar. Un rayo seco —sin precipitación asociada— es una fuente frecuente de ignición en las zonas forestales, especialmente en condiciones de alta sequedad del combustible vegetal.


Entonces, un conato como el de Malla, aunque limitado en diámetro, se convierte fácilmente en un punto de atención crítica, en especial en las próximas horas, cuando se preveían tormentas. 

Cataluña en riesgo por incendios

Cataluña ha sufrido incendios devastadores en los últimos años. Desde los grandes incendios forestales de los 80 y 90 hasta los eventos recientes, el territorio ha sabido qué incendios aparentemente pequeños pueden evolucionar por condiciones extremas, como calor, viento y vegetación seca.

De hecho, fenómenos como los pirocúmulos, nubes generadas por incendios intensos, pueden alterar el tiempo circundante y poner en riesgo a los propios bomberos.

El sistema INFOCAT y la coordinación entre Bombers, Protecció Civil y los canales de información agrícola implementan avisos diarios sobre el riesgo, activando fases de alerta y emergencia cuando las variables ambientales lo aconsejan. El actual mes de julio se encuentra dentro del periodo de riesgo elevado, lo que obliga a extremar la prevención.

Los hervores agrícolas, las colillas mal apagadas o las brasas abandonadas pueden iniciar un proceso que, en pocas horas y con condiciones adversas, derive en un incendio de mayor magnitud.

Además, los medios de prevención actuales —cartografía de riesgo, fases INFOCAT, trabajos silvícolas, vigilancia activa— solo resultan eficaces si se acompañan de la responsabilidad ciudadana. El papel del 112 y la colaboración comunitaria son fundamentales para garantizar una respuesta rápida y eficaz.

Por ello, la recomendación es: ante humo, fuego o chispa, no dudemos en alertar; y mientras, sigamos extremando la precaución.