La noche tranquila de este fin de semana en una localidad del Baix Empordà se vio repentinamente alterada por un episodio violento y confuso que incluyó armas blancas y un ataque contra una comisaría policial. Aunque inicialmente parecía una simple pelea entre grupos rivales, los acontecimientos derivaron rápidamente en disturbios más graves, finalizando con varios detenidos.
Una pelea con armas blancas desata la alarma
Los hechos tuvieron lugar alrededor de la medianoche del sábado, cuando dos grupos de unas 30 personas de etnia gitana protagonizaron una fuerte discusión que rápidamente escaló a enfrentamiento físico en plena calle.
Durante la disputa, se exhibieron armas blancas como cuchillos y una llamativa hacha, aunque, afortunadamente, ninguna de estas armas llegó a ser utilizada contra los presentes, según informaron fuentes policiales.

Un menor implicado en el conflicto llamó a su padre, alertándolo de la situación. La reacción del padre, que llegó armado con un hacha, añadió más tensión al escenario ya de por sí delicado, aumentando el temor de que los enfrentamientos pudieran derivar en una tragedia mayor.
Ataque a la comisaría de Policía local
Alertados por los vecinos, efectivos de los Mossos d’Esquadra, apoyados por agentes de la Policía Local, se desplazaron rápidamente hasta la avenida Onze de Setembre, donde pudieron detener inicialmente a dos implicados por un presunto delito de amenazas. Estos fueron llevados a la comisaría de la Policía Local por cuestiones logísticas.
La tensión no disminuyó allí. Familiares y amigos de los detenidos llegaron a la comisaría exigiendo su inmediata liberación, lo que desembocó en disturbios frente a las dependencias policiales. La situación se volvió insostenible cuando algunos de los manifestantes comenzaron a lanzar objetos y enfrentarse directamente a los agentes. Debido a esto, otras dos personas, entre ellas un menor de edad, fueron detenidas acusadas de atentar contra la autoridad.

Movilización policial para controlar nuevos disturbios
Debido a la creciente tensión y al riesgo de nuevos enfrentamientos, la policía decidió trasladar a los cuatro detenidos hasta la comisaría de los Mossos d’Esquadra en la cercana localidad de La Bisbal d’Empordà. Sin embargo, lejos de calmarse, alrededor de las cuatro de la madrugada, más de veinte personas llegaron hasta esta segunda comisaría exigiendo nuevamente la puesta en libertad de los arrestados.
En previsión de posibles nuevos disturbios, la unidad especializada de los Mossos d’Esquadra, conocida como ARRO, tuvo que establecer un dispositivo especial alrededor del edificio policial para evitar cualquier intento de asalto o violencia adicional.
Investigación abierta y consecuencias del incidente
Se espera que en las próximas horas los cuatro detenidos sean puestos a disposición judicial en La Bisbal d’Empordà. Paralelamente, los Mossos d’Esquadra han iniciado una investigación para esclarecer los hechos, así como para entender plenamente los motivos que llevaron a este enfrentamiento, aunque fuentes cercanas apuntan a posibles conflictos familiares o rivalidades entre grupos locales.
Este incidente no solo revela la problemática subyacente en ciertos entornos sociales sino también pone de manifiesto la dificultad con la que los cuerpos policiales enfrentan situaciones donde las propias víctimas o implicados se niegan a cooperar para resolver los conflictos por la vía judicial, optando por métodos propios que terminan poniendo en peligro a toda la comunidad.