La tranquilidad de una jornada dominical se ha visto interrumpida por una nueva emergencia que vuelve a poner en jaque a los equipos de extinción y a las autoridades. La rápida movilización de recursos y la colaboración entre diferentes cuerpos han sido fundamentales para intentar frenar el avance de las llamas en un episodio que, aunque lamentablemente recurrente en la temporada estival, siempre pone a prueba la capacidad de respuesta frente al fuego.
Fuego desatado en Pinell de Solsonès
Los hechos han tenido lugar este domingo en Pinell de Solsonès, un pequeño municipio situado en la comarca del Solsonès, en la provincia de Lleida. Según la información facilitada por los Bombers de la Generalitat a través de sus canales oficiales, el aviso del incendio se recibió a las 15:16 horas. Las llamas, que han avanzado con rapidez, han afectado principalmente a extensiones de vegetación agrícola, aunque también han llegado a zonas de vegetación forestal, incrementando el riesgo de propagación.
En el operativo desplegado, han intervenido inicialmente 13 vehículos terrestres, apoyados por dos helicópteros y cuatro avionetas que han realizado continuas descargas de agua sobre los puntos más críticos. El trabajo coordinado de estos efectivos ha resultado esencial para frenar el avance del flanco derecho del incendio, considerado el más peligroso por la dirección del viento y las condiciones del terreno.

La colaboración con las Agrupaciones de Defensa Forestal (ADF) locales ha sido otro factor clave. Los equipos de la zona han trabajado de manera conjunta labrando los campos más próximos al incendio, una táctica habitual para crear barreras que dificulten el avance de las llamas hacia nuevas áreas cultivadas o boscosas.
Más de 26 hectáreas afectadas y origen bajo investigación
Mientras los equipos de emergencia luchaban por contener el incendio en Pinell de Solsonès, otro foco ha surgido en la vecina comarca de la Segarra, concretamente entre Torrefeta y Florejacs. Según los datos provisionales publicados por los Agents Rurals, el fuego en este punto habría afectado ya a una superficie de 26,84 hectáreas. En este caso, las primeras investigaciones apuntan a una posible sobrecarga en una línea eléctrica como causa del siniestro, una hipótesis que está siendo analizada con detalle por los especialistas.
No es la primera vez que un incendio de estas características obliga a desplegar un gran número de recursos en la zona interior de Catalunya. Las condiciones meteorológicas, sumadas al estado de la vegetación durante el verano, convierten a estas comarcas en territorios especialmente vulnerables a la acción del fuego. Las imágenes aéreas difundidas por los equipos de extinción muestran extensas franjas de terreno calcinado y columnas de humo visibles desde kilómetros de distancia, una escena que tristemente se repite cada año en los meses más cálidos.