Las playas pueden parecer un refugio de tranquilidad, especialmente en los primeros compases del verano. Sin embargo, cada año, la llegada del buen tiempo va acompañada de un aumento de incidentes que, en demasiadas ocasiones, acaban en tragedia. Cuando los servicios de emergencia reciben una llamada en plena tarde, pocas veces imaginan la urgencia de lo que están a punto de encontrar.
La tarde del jueves 26 de junio se tiñó de luto en la costa catalana. Un hombre de más de 70 años, de nacionalidad española, perdió la vida en la playa d'Ibersol de Vilanova i la Geltrú, junto a la conocida playa Llarga de Cubelles, ambas situadas en la comarca del Garraf. Eran las 19:56 horas cuando el teléfono de emergencias 112 recibía una llamada desesperada: una persona había sido vista flotando a pocos metros de la orilla. Los primeros minutos tras el aviso son siempre cruciales, y así lo entendieron tanto los servicios de socorrismo presentes en la playa como el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM).
En cuestión de minutos, dos unidades terrestres del SEM, un helicóptero medicalizado y un equipo de apoyo psicológico se desplazaron al lugar. Los sanitarios intentaron reanimar al hombre, que había sufrido una parada cardiorrespiratoria, pero los esfuerzos resultaron en vano. Finalmente, solo se pudo certificar su fallecimiento, sumiendo en la tristeza a familiares, bañistas y profesionales presentes en la playa. En el momento del baño de la víctima ondeaba la bandera verde, por lo que en ningún caso se trata de una imprudencia.
Siete muertes en menos de dos semanas
El suceso de Vilanova i la Geltrú no es un caso aislado. Desde que el 15 de junio se inició oficialmente la campaña de verano, se han registrado ya siete víctimas mortales por ahogamiento en las playas catalanas. Solo en los últimos días, la costa ha sido escenario de varios episodios trágicos.
El miércoles 25 de junio, una mujer de 43 años y nacionalidad rusa perdió la vida en la playa de la Rubina, en Castelló d'Empúries (Alt Empordà), y el mismo día, menos de 24 horas antes, otras dos personas fallecieron ahogadas: un hombre de 54 años en la playa de Ribes Roges de Vilanova i la Geltrú y un hombre de 82 años en la playa del Racó, entre Castell-Platja d'Aro y Sant Feliu de Guíxols, en el Baix Empordà.
La sucesión de casos en tan poco tiempo ha puesto en alerta a las autoridades. Protección Civil de la Generalitat insiste en la importancia de extremar la precaución, no solo en el mar, sino también en piscinas y aguas interiores. Muchas veces, la confianza, el desconocimiento de las corrientes o simplemente un despiste pueden tener consecuencias fatales, especialmente entre personas mayores o con problemas de salud.
Es, también, el segundo fallecimiento que se produce en una playa de la localidad de Vilanova i la Geltrú. Fue el 17 de junio cuando un hombre de 40 años perdió la vida en la playa del Far en horario en el que el servicio de socorrismo no estaba activo. Se trató de la primera de las siete víctimas en las playas catalanas en estos doce días de campaña veraniega.