Está siendo una semana realmente apocalíptica en la que los fenómenos meteorólogicos están lastrando con fuerza la integridad de los habitantes de varias ciudades españolas. Durante la jornada del jueves, las alertas comenzaron situándose en el sur de Catalunya y el norte de la Comunitat Valenciana, donde la DANA dejó grandes inundaciones. Luego la preocupación se trasladó al sur, volviendo a amenazar a la provincia de Cádiz, pero dejando importantes secuelas en Huelva.
En concreto, la localidad onubense de Isla Cristina padeció momentos de auténtico peligro tras la aparición de una tromba marina que dejó dos heridos. Uno de ellos tuvo que ser trasladado al hospital después de haber recibido un fuerte golpe del techo la alberca municipal, que no sucumbió a la tromba marina. La segunda persona sufrió un daño inferior. También ha provocado dolorosos daños materiales.
El origen de esta tromba marina se encuentra, cómo no, en la devastadora DANA que tanto daño nos está causando esta semana. De hecho, en Huelva se ha activado esta mañana la alerta roja por lluvias torrenciales y, además, se ha pedido a los habitantes no salir de sus casas. Y es que podrían llegar incluso a recibir 140 litros de agua por metro cuadrado. La Comunitat Valenciana y algunas zonas de Andalucía, Baleares y Catalunya se encuentran en alerta naranja.
¿Qué es una tromba marina y cómo se origina?
Una tromba marina es un fenómeno meteorológico que se manifiesta como un remolino o columna de agua y aire que se eleva desde la superficie del mar hacia el cielo. Visualmente, se asemeja a un tornado, aunque en este caso se desarrolla sobre cuerpos de agua, como océanos, mares o grandes lagos, en lugar de sobre tierra firme. Estos vórtices de aire y agua son impresionantes y pueden variar en tamaño y fuerza, desde pequeñas columnas inofensivas hasta fenómenos más intensos que representan un peligro para embarcaciones, estructuras costeras e incluso personas.
Las trombas marinas suelen formarse en condiciones de alta inestabilidad atmosférica, cuando el agua de la superficie está relativamente cálida en comparación con el aire frío que se encuentra en capas superiores de la atmósfera. Este contraste térmico genera corrientes ascendentes que, bajo ciertas circunstancias, pueden comenzar a rotar debido a variaciones en la presión y la velocidad del viento. Este movimiento giratorio de aire y agua se intensifica y da lugar a la formación de la tromba marina.
Existen dos tipos principales de trombas marinas: las tornádicas, que se asemejan a los tornados y son más intensas, y las no tornádicas, que son las más comunes y se forman por las diferencias de temperatura y presión sin necesidad de tormentas severas. Aunque su duración suele ser breve, las trombas marinas pueden desplazarse hacia la costa, perdiendo fuerza al tocar tierra, pero a veces provocando daños considerables en las zonas costeras y en las embarcaciones que se encuentran en su camino.