El pasado viernes por la mañana, una escena completamente inesperada desencadenó el caos y el miedo entre los transeúntes de una céntrica calle. Fue en ese momento cuando una joven de 22 años, en lo que las fuentes policiales describen como un estado de crisis aguda, se cruzó en el camino de una señora de 89 años. Sin que existiera ninguna relación ni vínculo entre ambas, la joven supuestamente cogió una piedra y la utilizó para golpear reiteradamente en la cabeza a la mujer mayor.
Según la información publicada por Regio7, la agresión fue súbita y brutal, obligando a los presentes a intervenir para frenar la violencia. La víctima, gravemente herida, tuvo que ser trasladada de urgencia a un centro hospitalario donde permanece ingresada con pronóstico reservado. Los Mossos d’Esquadra actuaron con rapidez, deteniendo a la joven en el mismo lugar de los hechos y abriendo una investigación inmediata para esclarecer todos los detalles del ataque.
El perfil de la agresora: antecedentes y problemas de salud mental
Lo que hace este caso aún más complejo es el perfil de la acusada. Vecina de la ciudad y de nacionalidad española, la joven no es una desconocida para los servicios policiales ni sanitarios. Con más de 50 antecedentes registrados por diferentes incidentes, la joven se encontraba bajo seguimiento médico desde la infancia debido a graves trastornos mentales. Su entorno familiar confirma que la situación venía deteriorándose en las últimas semanas y que habían solicitado ayuda reiteradamente.

La familia asegura que ese mismo día, la joven tenía cita con el psiquiatra para renovar el tratamiento que recibe cada seis meses. Incluso, habían pedido el ingreso temporal de la joven en un centro médico para intentar estabilizar su situación, petición que fue denegada al considerarse que no se daban los criterios médicos necesarios para una hospitalización. Poco antes de la agresión, la joven acudió a urgencias, pero salió del hospital sin haber recibido atención especializada, tras apenas quince minutos en el lugar.
La joven fue puesta a disposición judicial el domingo posterior a los hechos. El juzgado de guardia decretó su ingreso en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Mujeres Wad-Ras, acusada de tentativa de homicidio. Paralelamente, la familia de la acusada ha hecho público un comunicado en el que condenan rotundamente los hechos, piden perdón a la familia de la víctima y solicitan que en prisión se garantice la administración del tratamiento médico que la joven necesita.
El reto de la salud mental y la seguridad ciudadana
Casos como este dejan en evidencia las carencias de los sistemas de atención psiquiátrica y social, especialmente cuando se trata de personas que, pese a estar bajo seguimiento, pueden quedar desatendidas en momentos críticos. La agresión a una persona mayor indefensa a plena luz del día ha reavivado el debate sobre la capacidad de reacción de los servicios médicos, la colaboración entre las familias y las instituciones, y la protección de los más vulnerables frente a episodios de violencia extrema.