Hay sucesos que desde un principio parecen claros, pero que conforme avanza la investigación, pueden cambiar completamente de dirección. Esto es lo que ha ocurrido precisamente con el incidente violento que implicó al padre del joven futbolista del FC Barcelona, Lamine Yamal, y que ahora se encuentra bajo un nuevo foco judicial.
El origen insólito del conflicto
Todo empezó la mañana del 14 de agosto de 2024 en el barrio de Rocafonda, en Mataró, cuando Mounir Nasraoui, padre del jugador azulgrana, fue mojado por un niño pequeño desde una terraza. Lo que parecía una anécdota trivial se convirtió en el detonante de un grave enfrentamiento pocas horas después.
Según los primeros testimonios recabados, Nasraoui y un grupo de allegados citaron esa misma tarde, alrededor de las 20:00 horas, en un aparcamiento de la ronda Rafael Estrany, a los familiares del menor implicado en el incidente matutino para resolver la disputa. Ambas partes acudieron al lugar preparadas para un posible enfrentamiento.

Violenta escalada del enfrentamiento
Lo que comenzó como una discusión verbal rápidamente derivó en violencia física. En un momento dado, Nasraoui habría golpeado al joven Adrià G. C., fracturándole el tabique nasal. Ante la escalada del enfrentamiento, presuntamente Adrià consiguió arrebatar un arma blanca a uno de los amigos de Nasraoui y terminó apuñalándolo dos veces, una en el tórax y otra en el costado.
La gravedad de las heridas obligó a trasladar urgentemente a Nasraoui al hospital Can Ruti de Badalona, donde fue intervenido quirúrgicamente. Mientras tanto, Adrià G. C. también presentaba heridas de consideración, aunque de menor gravedad.
Un giro en la investigación judicial
Inicialmente, la investigación apuntó directamente hacia Adrià G. C., quien fue detenido e ingresó en prisión preventiva el 16 de agosto, permaneciendo encarcelado hasta enero de 2025. Sin embargo, la defensa legal de Adrià siempre insistió en que Nasraoui había iniciado el conflicto, reclamando que también fuese investigado por lesiones.
Tras varios recursos judiciales, la Audiencia Provincial de Barcelona dio un giro decisivo al aceptar incorporar la denuncia por lesiones contra Mounir Nasraoui, lo que ha cambiado por completo la percepción del caso. Ahora, el padre del futbolista, que inicialmente fue presentado únicamente como víctima, está imputado y deberá declarar como investigado.

Una pelea con múltiples responsables
Esta nueva perspectiva refleja que el conflicto no fue una agresión unilateral, sino una pelea mutua con responsabilidades compartidas. Según consta en declaraciones policiales y judiciales, incluso allegados de Nasraoui han reconocido que este "empezó a soltar puñetazos" al joven que finalmente reaccionó apuñalándolo.
La Audiencia ha considerado que los hechos deben analizarse en conjunto, reconociendo que la agresión inicial de Nasraoui fue un factor determinante en el desarrollo posterior del incidente. Este reconocimiento judicial ha supuesto un cambio crucial en la investigación y en la estrategia de las defensas involucradas.
¿Qué ocurrirá ahora?
Este vuelco judicial ha generado un fuerte impacto mediático, especialmente dada la relevancia pública del futbolista Lamine Yamal y su entorno. El caso evidencia como situaciones aparentemente menores pueden escalar rápidamente hasta desembocar en consecuencias graves y procesos judiciales complejos.
La citación de Mounir Nasraoui como investigado el próximo 21 de julio marca un punto clave en el proceso, y plantea importantes reflexiones sobre la dinámica de conflictos cotidianos que, sin control, pueden desembocar en tragedias personales y familiares con repercusiones a largo plazo.