El escape de amoníaco en cualquier tipo de empresa representa un grave peligro tanto para los trabajadores como también para el medio ambiente. Este compuesto químico, ampliamente utilizado en la industria como refigerante o en procesos de producción, es altamente tóxico cuando se libera en concentraciones elevadas.
La inhalación de este producto puede causar irritación severa en las vías respiratorias, provocar quemaduras químicas en los ojos y la piel, y en casos extremos, generar asfixia o la muerte. Además, un escape de gran magnitud puede requerir la evacuación inmediata de los trabajadores y las comunidades cercanas, generando situaciones de emergencia y caos.
Asimismo, un escape incontrolado puede tener implicaciones legales y económicas considerables para la empresa. Esto incluye sanciones por incumplimiento de normativas de seguridad y los costos asociados con la mitigación del daño y la restauración ambiental. Así pues, es crucial que las empresas implementen sistemas y protocolos para minimizar los riesgos asociados con posibles fugas de amoníaco.
El momento de tensión vivido en esta empresa
Una empresa de embutidos de Campllong (Gironès) ha sufrido este viernes por la noche un pequeño escape de amoníaco y dos trabajadores han tenido que ser atendidos por el SEM.Los Bomberos recibieron el aviso a las 22.38 horas y activaron tres dotaciones.
Protección Civil ha activado en prealerta el plan Procicat. Según las primeras informaciones, unos trabajadores estaban reparando un tubo y salió amoníaco a presión. Se han cerrado todas las válvulas, se han limpiado los restos de amoníaco y se ha ventilado la instalación.
El plan activado
El 'Pla PROCICAT' (Pla Territorial de Protecció Civil de Catalunya) es el marco de actuación diseñado para gestionar emergencias que puedan afectar a la población y también al territorio catalán. Este plan tiene como objetivo coordinar los recursos necesarios ante situaciones de riesgo que no se puedan gestionar exclusivamente a nivel municipal o local.
Emergencias como fenómenos meteorológicos adversos, accidentes químicos, pandemias o grandes incendios forman parte del ámbito de actuación del PROCICAT, que establece protocolos específicos para cada tipo de escenario. Además, está integrado por una red de organismos públicos, cuerpos de seguridad y servicios de emergencias, que trabajan de forma conjunta para garantizar una respuesta eficiente y minimizar los daños.
El PROCICAT se estructura en niveles según la gravedad de la situación: alerta, prealerta y emergencia. Cada uno de estos niveles determina las medidas preventivas o de intervención que deben activarse en cada caso.
La Generalitat de Catalunya, a través del Departament d’Interior y la Protecció Civil, lidera la implementación de este plan, que también se actualiza de forma periódica para adaptarse a nuevas amenazas. Un ejemplo reciente de su activación es la gestión de episodios de lluvias torrenciales o nevadas intensas, o el vivido en esta empresa mencionada.