Las últimas luces del domingo se vieron abruptamente interrumpidas por el resplandor de unas llamas voraces y una densa columna de humo que se elevaba hacia el cielo, visible a kilómetros de distancia.
El suceso, que generó una rápida alarma entre los conductores que circulaban por una importante vía comarcal, se originó en una instalación industrial que quedó completamente devorada por el fuego, desatando un complejo operativo de emergencias para contener su avance.
El epicentro del caos se localizó en el término municipal de Sabadell, en la comarca del Vallès Occidental. Concretamente, el fuego se declaró en una nave de una sola planta situada en los márgenes de la carretera C-155, un vial que conecta la capital vallesana con otras localidades de la zona.

La primera alerta saltó a las 20:22 horas de este domingo 10 de agosto, momento en el que los Bombers de la Generalitat de Catalunya activaron las primeras dotaciones para hacer frente a un escenario que se antojaba complicado desde el inicio.
Dos frentes de actuación para los bomberos
A su llegada, los equipos de extinción se encontraron con un incendio que se desarrollaba en dos frentes simultáneos y con características muy distintas. Por un lado, el foco principal y más virulento se centraba en la propia nave industrial, que ardía de forma generalizada y violenta.
Las estructuras de este tipo de edificios, junto con la posible presencia de materiales inflamables en su interior, convierten su extinción en una tarea ardua y peligrosa.
Paralelamente, las llamas habían saltado de la instalación al exterior, afectando parcialmente a la masa forestal y la vegetación circundante. Este segundo frente generó una preocupación inmediata debido al riesgo de que el fuego se propagara sin control por el entorno natural, una amenaza especialmente grave en pleno mes de agosto. La estrategia de los bomberos fue clara: dividir los esfuerzos para atajar ambos focos de manera eficiente.
Gracias a una rápida intervención, la afectación a la zona forestal evolucionó favorablemente y, poco después de las nueve de la noche, los Bombers de la Generalitat confirmaron que este flanco del incendio ya se encontraba controlado.
Este éxito inicial permitió reorganizar el dispositivo y concentrar los recursos en el corazón del problema: el fuego activo que seguía consumiendo la nave industrial. Para ello, el contingente inicial de diez dotaciones fue ampliado hasta un total de dieciséis, que continuaron trabajando intensamente para sofocar las llamas en la instalación.
Un enclave estratégico
La ubicación del siniestro, junto a una carretera tan transitada como la C-155, no solo lo hizo especialmente visible, sino que también puso de manifiesto la vulnerabilidad de las zonas donde el tejido industrial se entrelaza con áreas verdes.

La rápida contención del fuego en la vegetación fue clave para evitar un desastre ecológico de mayores proporciones y para garantizar la seguridad en una infraestructura de comunicación vital para la comarca.