La noche de este lunes quedó marcada por un llamativo incendio en una barraca de grandes dimensiones, ubicada en el carrer Garví de Montcada i Reixac (Vallès Occidental). Según han explicado los Bombers de la Generalitat, el aviso se recibió alrededor de las 21:33 horas, cuando varios vecinos alertaron de unas llamas visibles a gran distancia. La construcción, que al parecer hacía las funciones de “centro de desguace” según informa el Ayuntamiento de Montcada i Reixac, abarcaba aproximadamente 100 metros cuadrados y se hallaba completamente aislada.
La inestabilidad de la estructura obligó a los bomberos a actuar desde el exterior, alejándose del riesgo de posibles derrumbes. Con el paso de las horas, y ante la magnitud del fuego, se decidió incorporar maquinaria pesada hacia la medianoche para proceder a derribar ciertas partes de la barraca y así evitar un rebrote de las llamas en su interior. Este tipo de maniobra resulta esencial cuando la edificación presenta graves daños y se teme que queden focos ocultos que puedan reavivar el incendio. En total, ocho dotaciones se desplazaron al lugar para sofocar las llamas. Afortunadamente, la rápida intervención y la ausencia de personas en el interior de la construcción permitieron que el incidente no generara heridos. Las imágenes difundidas por los bomberos, con grandes llamaradas iluminando el cielo nocturno, reflejan la dificultad de una operación que se saldó con éxito tras varias horas de intenso trabajo.
La gran extensión de la barraca y el material que albergaba —posiblemente restos de desguace u objetos susceptibles de arder con facilidad— hicieron que el fuego se propagara con rapidez. Por ello, la estrategia inicial se centró en confinar el incendio y proteger las zonas adyacentes para que las llamas no afectaran a inmuebles o vehículos cercanos. Al no encontrarse nadie dentro del recinto, la prioridad fue controlar el fuego y desmontar los puntos más débiles de la estructura que podrían comprometer la seguridad de los efectivos.
Gran labor de los Bomberos
Según ha precisado el cuerpo de emergencias, una vez extinguidas las llamas principales se procedió a refrescar y ventilar la zona, eliminando humo y calor residual. Este paso es fundamental para garantizar que no queden focos latentes que puedan reactivarse con el paso del tiempo o ante cambios en la ventilación. Además, la presencia de maquinaria pesada resultó determinante para completar la demolición de aquellas secciones que ponían en peligro tanto a los bomberos como a posibles curiosos que pudieran acercarse.
El Ayuntamiento de Montcada i Reixac ha calificado la estructura como un “centro de desballestament”, es decir, un punto de desguace, y ha confirmado que no ha habido que lamentar daños personales. Aun así, se ha abierto una investigación para esclarecer las causas exactas de un fuego de origen todavía desconocido. Este episodio recuerda la necesidad de mantener instalaciones de almacenaje o desguace con medidas de seguridad suficientes, ya que cualquier chispa o temperatura elevada puede desencadenar un incendio de proporciones considerables.
Tras varias horas de labor, los bomberos han dado por extinguido un incendio que en un primer momento amenazó con propagarse. La rapidez en la alerta y la actuación especializada de hasta ocho dotaciones han sido cruciales para que un incidente potencialmente peligroso se resolviera sin daños personales, aunque las llamas han dejado un escenario de escombros y llamas que despertó la expectación de los vecinos en plena noche.