La jornada ha comenzado con un sobresalto mayúsculo para cientos de conductores que circulaban por una de las principales arterias del país. Un inesperado suceso ha transformado la rutina matutina en un escenario de absoluto caos y máxima tensión.
El protagonista ha sido un vehículo de gran tonelaje, cuya carga se desprendió sobre el asfalto, desencadenando una colisión múltiple. Este grave incidente ha obligado a las autoridades a tomar medidas drásticas, interrumpiendo por completo la circulación. La mañana se presentaba complicada para todos aquellos que necesitaban utilizar esta vía fundamental para su desplazamiento.
El accidente, que ha sacudido la normalidad del tráfico, se ha producido en la autopista AP-7. Concretamente, los hechos ocurrieron a la altura del punto kilométrico 242, en el término municipal de Tarragona.

Según ha informado el Servei Català de Trànsit, la alerta se recibió en torno a las siete y veintiuno de la mañana. Un camión que transitaba en sentido norte, con dirección a Barcelona, perdió de forma súbita las pesadas vigas de hierro que transportaba. La violenta caída del material sobre la calzada provocó una peligrosa situación de riesgo para el resto de usuarios.
Un escenario de caos y la respuesta de emergencias
El desprendimiento de la carga metálica desencadenó un accidente en cadena que afectó a varios vehículos que circulaban detrás. Una furgoneta y otros cuatro turismos no pudieron esquivar las vigas, viéndose implicados directamente en la colisión múltiple.
El impacto dejó un panorama desolador, con los vehículos dañados y la mercancía bloqueando por completo la vía. La magnitud del siniestro movilizó de inmediato un amplio dispositivo de emergencias para gestionar la situación. La prioridad inicial fue asegurar la zona para evitar que se produjeran nuevos accidentes con otros conductores.
Cinco dotaciones de los Bombers de la Generalitat se desplazaron con celeridad hasta el lugar de los hechos. Su labor se ha centrado en la contención de riesgos, la revisión del estado de los ocupantes y la preparación para la compleja retirada del material.

Simultáneamente, los Mossos d'Esquadra activaron un total de siete patrullas para controlar el tráfico y garantizar la seguridad del perímetro. La operación para retirar las vigas de hierro, de gran peso y dimensiones, se anticipa como una tarea laboriosa y prolongada. Los equipos de mantenimiento de la autopista también trabajan para evaluar los posibles daños en el asfalto.
El colapso del tráfico y las rutas alternativas
Las consecuencias del accidente no se limitaron al punto exacto del siniestro, generando un colapso circulatorio de grandes dimensiones. La autopista AP-7 quedó totalmente cortada en sentido norte, impidiendo el paso hacia Barcelona y el norte de la comunidad.
Sin embargo, la afectación se extendió también al sentido sur, ya que parte de las vigas invadieron esos carriles. En esta dirección, las autoridades lograron habilitar un único carril para el paso de vehículos. Esta medida no pudo evitar la formación de retenciones que rápidamente alcanzaron los tres kilómetros de longitud.
Ante este panorama, la ruta alternativa recomendada fue la autovía A-7, una vía que discurre en paralelo. No obstante, el trasvase masivo de vehículos hacia esta carretera provocó un inevitable efecto dominó. La A-7 también ha registrado importantes problemas de congestión a la altura de Tarragona.
Concretamente, se han acumulado hasta tres kilómetros de retención en sentido este, convirtiendo la zona en una auténtica ratonera. Para miles de ciudadanos, la paciencia se ha convertido en la principal aliada durante una mañana especialmente complicada en la red viaria.