La tranquilidad de Cornellà de Llobregat se vio rota el viernes por la tarde. Un suceso violento conmocionó a los vecinos de la zona de la Fontsanta. Una mujer apareció muerta en el interior de su vivienda. Presentaba signos evidentes de criminalidad. Poco después, la policía apuntó a su propio hijo como supuesto autor del crimen. La comunidad, atónita, presenció cómo se ponía en marcha una investigación a contrarreloj. Nadie podía imaginar el desenlace surrealista que llegaría al día siguiente.
El presunto agresor, de 26 años y nacionalidad salvadoreña, huyó tras el ataque. Las primeras pesquisas de los Mossos d’Esquadra confirmaron que el sospechoso no se encontraba en la escena. Durante horas, se rastrearon posibles ubicaciones. La orden de detención se introdujo en la base de datos policial. El objetivo era dar con el paradero del fugitivo lo antes posible. La prioridad de los agentes consistía en localizarlo sano y salvo, para ponerlo ante la justicia.
La víctima era la madre del acusado, una vecina conocida del barrio. El suceso sucedió a plena luz del día, en torno a las 16:50 horas. La Unidad de Seguridad Ciudadana de los Mossos corroboró la existencia de un cuerpo sin vida e inmediatamente, se activaron los investigadores y el juzgado de guardia. El procedimiento se declaró bajo secreto de sumario.
Una investigación en marcha
Los primeros indicios apuntaron a una discusión familiar que desembocó en tragedia. Los vecinos aseguraron no haber escuchado nada fuera de lo común antes del hallazgo. Aun así, la policía buscó pruebas en la vivienda y en los alrededores. Era fundamental recabar datos para esclarecer cómo se produjeron los hechos.
Mientras tanto, el hijo seguía en paradero desconocido. Se difundieron sus datos por los canales oficiales. Cada patrulla de la región quedó advertida. El objetivo era localizarlo antes de que abandonara la zona. En estos casos, el factor tiempo puede resultar decisivo. Cualquier retraso complica la detención de un sospechoso. Asimismo, se quería evitar cualquier peligro para terceros.
La Divisió d’Investigació Criminal (DIC) asumió las riendas del caso. Sus agentes se coordinaron con la policía local de diversos municipios y se comprobó también si el presunto homicida podía haber buscado refugio en casas de conocidos. Las redes vecinales pasaron a colaborar de forma activa. Quien tuviera información sobre el paradero del joven debía contactar con las autoridades.
La detención más inesperada
Finalmente, la clave llegó desde Cervelló, un municipio cercano, este mismo sábado. Unos vecinos alertaron a la policía local de molestias en su entorno. Un hombre vagaba por la zona y causaba altercados. La patrulla se acercó para identificarlo. Al consultar su documentación, descubrieron la orden de detención vigente. Aquel individuo era el sospechoso del crimen de Cornellà. Fue un giro inesperado y casi casual.
La sorpresa se hizo mayor al constatar que el arrestado era el mismo que los Mossos buscaban. El aviso de los vecinos resultó fundamental para dar con él. En cuestión de minutos, se avisó a la Divisió d’Investigació Criminal. Estos agentes llegaron con rapidez para formalizar la detención. El joven quedó custodiado a la espera de pasar a disposición judicial.