La mañana del lunes transcurría en calma por el Moianès. En la carretera C-59, el tráfico era escaso y apenas se veían coches circulando a primeras horas. Pero de repente, una salida de vía alertó a las autoridades, que se desplazaron de inmediato al lugar.
Los Mossos d’Esquadra recibieron el aviso en torno a las 08.15 h, cuando un conductor se salió de la calzada en el término municipal de Castellterçol. Al llegar, se encontraron con un vehículo accidentado y sin nadie a la vista en el interior. Sin embargo, no tardarían en resolver el misterio de la desaparición del ocupante.
Pocos minutos después, los agentes divisaron a un hombre agazapado entre unos matorrales cercanos. El sospechoso, que presentaba claros síntomas de hallarse bajo los efectos del alcohol, trataba de pasar desapercibido. Según comprobaron los Mossos, su actitud resultaba muy extraña, como si buscara esquivar cualquier control.
Y, en efecto, dio positivo
Siguiendo el protocolo, los policías sometieron al conductor a la prueba de alcoholemia. El resultado fue contundente: 1,12 mg/l, lo que superaba con creces el límite legal permitido. Con ese dato, ya se vislumbraba un delito contra la seguridad vial. Cuando los Mossos introdujeron los datos del individuo en su sistema, descubrieron algo más preocupante. El hombre tenía vigente una orden de detención y de ingreso en prisión dictada por un juzgado de Barcelona. Este hallazgo evidenciaba la gravedad de la situación y llevó a la detención inmediata del sujeto.
A medida que los hechos iban saliendo a la luz, se confirmó que el conductor contaba con 31 años y varios antecedentes. Conducir en estado de embriaguez se sumaba ahora a la orden judicial pendiente, lo que complicaba más su panorama legal. Sin embargo, nada de esto disuadió al infractor de intentar esconderse tras los arbustos, quizá con la esperanza de escapar de la acción policial.
La actuación de los Mossos terminó con el individuo arrestado en el mismo escenario del accidente. Antes de trasladarlo a dependencias policiales, se le informó de sus derechos y de la causa por la que quedaba detenido. Tras los trámites pertinentes, el caso pasó a disposición del juzgado competente.
El escenario de Castellterçol se despejó con el correr de la mañana, y el vehículo fue retirado para no entorpecer el tránsito. Por su parte, el conductor, ya bajo custodia, afronta varios cargos. Al delito contra la seguridad vial por exceder el máximo de alcoholemia, se une la orden de detención e ingreso en prisión, que obliga a un cumplimiento inmediato.
El suceso refuerza la preocupación de las autoridades por la confluencia de conductores con antecedentes penales y el consumo de alcohol al volante. Un error que pone en riesgo tanto la propia vida como la de terceras personas. Desde la policía catalana, se hace un nuevo llamamiento a la prudencia y al respeto de las normas de tráfico.