Un desprendimiento de rocas en el barrio de Santo Pablo de Manresa cerca de las 13 horas ha obligado a cortar la circulación de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) entre San Vicenç Castellgalí y Manresa Viladordis, así como la circulación a la carretera C-1411Z. Según han informado los Bomberos, han pedido el corte preventivo de la circulación de ferrocarriles puesto que las vías del tren están arriba del talud. Desde FGC se ha establecido un servicio alternativo por carretera en el tramo afectado, mientras que al resto de la línea la circulación se mantiene. Los bomberos trabajan con siete dotaciones y han activado el equipo de drones.
En principios, los Bomberos habían anunciado que el desprendimiento de rocas no había afectado a ningún vehículo. No obstante, un usuario de Twitter ha asegurado que su coche se lo ha tenido que llevar la grúa. Eso sí, lo que es seguro es que no hay que lamentar ningún daño físico de ninguno de los conductores que se encontraba por la zona en el momento del desprendimiento. No obstante, es una situación muy peligrosa para la integridad y, por ende, la actuación de los bomberos ha sido imprescindible para lamentar daños mayores y para prevenir daños futuros.
Una situación realmente peligrosa
El desprendimiento de rocas en carreteras y vías de tren supone un riesgo significativo para la seguridad de los conductores y pasajeros. Estos fenómenos, provocados generalmente por factores naturales como fuertes lluvias, la erosión, los cambios bruscos de temperatura o la actividad sísmica, pueden ocasionar graves accidentes y bloquear infraestructuras esenciales. En carreteras, las rocas caídas pueden golpear vehículos, causando colisiones o despistes fatales. En las vías ferroviarias, el impacto es aún más peligroso, ya que puede generar descarrilamientos, poniendo en riesgo la vida de los pasajeros.
Este tipo de eventos suele presentarse en zonas montañosas, donde las condiciones geológicas y climáticas son más propensas a generar inestabilidad en los taludes. Las consecuencias incluyen la interrupción del tráfico, tanto en carreteras como en trenes, así como costosos y prolongados trabajos de limpieza y reparación.
Para prevenir estos accidentes, se han implementado medidas de seguridad, como la instalación de mallas de contención, barreras y sistemas de monitoreo en las zonas de mayor riesgo. Además, los sistemas de alerta temprana permiten actuar de forma preventiva, advirtiendo a los conductores y operadores ferroviarios cuando las condiciones climáticas o geológicas lo exigen.