Hay noches que empiezan con la promesa de ser inolvidables, pero acaban convertidas en un auténtico desastre que deja a todos los testigos con más preguntas que respuestas. Un episodio reciente ha puesto el foco sobre los peligros de perder el control en ambientes festivos y ha generado un sinfín de incógnitas en torno a la verdadera historia detrás de un accidente que nadie vio venir.
Un accidente rodeado de incógnitas
El suceso tuvo lugar la madrugada del lunes 9 de junio en Barcelona, en un escenario tan urbano como inesperado: la rampa de acceso de un aparcamiento subterráneo situado en la popular plaza Pau Vila. Eran poco más de las cinco de la mañana cuando un turismo, que circulaba por el conocido Passeig Joan de Borbó, invadió el carril contrario a la altura del carrer Maquinista. Según las investigaciones iniciales y la información de El Caso, el conductor perdió el control del vehículo y se precipitó por la rampa del parking, quedando el coche completamente volcado y destrozado, en perpendicular a la bajada, dejando una estampa más propia de una película que de la realidad barcelonesa.
Los primeros en llegar fueron agentes de la Policía Portuaria de Barcelona, que se encontraron con una escena caótica: dentro del turismo accidentado había cinco personas. Tres jóvenes franceses, dos de ellos de 18 años y uno menor de 17, compartían el vehículo con dos mujeres españolas, una de unos 20 años y la otra de alrededor de 40. Las autoridades confirmaron más tarde que ninguno de los tres chicos portaba documentación identificativa, lo que complicó su identificación inicial.

El misterio del dinero y las acompañantes
La historia, sin embargo, va mucho más allá de un simple accidente de tráfico. Durante la inspección, los agentes se percataron de la presencia de una suma importante de dinero en efectivo: unos 3.000 euros en billetes pequeños. A esto se sumaban otros detalles llamativos, como la presencia de globos y botellas de óxido nitroso, conocido popularmente como “gas de la risa”, que habrían sido consumidos en varias ocasiones durante la noche.
La procedencia de los billetes fue una de las primeras incógnitas en salir a la luz. Interrogados por la policía, los jóvenes franceses afirmaron haber ganado el dinero en un casino, aunque no aportaron pruebas que confirmaran dicha versión. La relación entre los ocupantes del coche también resultó enigmática: los tres chicos no tenían ningún parentesco ni vinculación conocida con las dos mujeres, y las primeras pesquisas apuntan a que estas habrían sido contratadas como acompañantes para la noche, aunque este extremo sigue bajo investigación.

Consecuencias legales y sanitarias
El impacto del vehículo fue tan violento que dos de los ocupantes resultaron heridos de diversa consideración y necesitaron ser atendidos de urgencia por el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), que posteriormente los trasladó al hospital más cercano. La actuación de los servicios de emergencia fue rápida y coordinada, con la colaboración de la Guardia Urbana y los Bomberos de Barcelona, que aseguraron la zona y facilitaron la extracción del turismo accidentado, posteriormente trasladado al Depósito de Vehículos de la Policía Portuaria.
En paralelo, la policía sometió al conductor a las pruebas de alcoholemia y drogas, arrojando resultado positivo en consumo de alcohol. Por este motivo, fue detenido acusado de un delito contra la seguridad vial por conducción temeraria, y pasó a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Barcelona.