La sensación de inseguridad crece a pasos agigantados cuando ni siquiera los cuerpos policiales se libran de ser víctimas de ataques directos y perfectamente planificados. Una madrugada que prometía ser tranquila acabó convertida en una escena de máxima tensión, con llamas que devoraban un vehículo policial mientras, a pocos metros, los agentes trataban de averiguar qué estaba sucediendo. Sin que nadie pudiera preverlo, una acción rápida y calculada volvió a dejar en evidencia los crecientes desafíos de seguridad en la región.
Un ataque coordinado junto a la propia comisaría
Los hechos han ocurrido en la localidad de Constantí, en la comarca del Tarragonès, durante la madrugada de este jueves. Eran aproximadamente la una de la mañana cuando varios agentes de la Policia Local, que se encontraban en el interior de la comisaría, oyeron el chirrido brusco de las ruedas de un vehículo. Sin tiempo que perder, salieron a la calle y se encontraron con una imagen impactante: un Dacia Duster policial, aparcado en la esquina de la calle de Falset, junto a la propia comisaría, estaba envuelto en llamas.
Las primeras pesquisas apuntan a que los responsables del ataque actuaron de forma premeditada. Según han confirmado desde El Caso, el cristal trasero del coche había sido fracturado para introducir en el interior un líquido acelerante, lo que permitió prender fuego al vehículo en cuestión de segundos. Los atacantes, tras cometer el acto vandálico, huyeron a toda velocidad sin que nadie pudiera interceptarlos en el momento. La intervención rápida de los Bombers de la Generalitat resultó crucial para evitar daños mayores, ya que lograron extinguir el incendio antes de que afectara a las viviendas colindantes o a la infraestructura eléctrica de la zona.

Fallos en la vigilancia y antecedentes inquietantes
Uno de los elementos más inquietantes del suceso es el fallo en los sistemas de seguridad de la propia comisaría. La cámara de videovigilancia en tiempo real, instalada para proteger la zona y disuadir ataques, no estaba operativa en el momento de los hechos. Este contratiempo ha complicado la labor de los Mossos d’Esquadra, que han asumido la investigación para intentar identificar a los autores y esclarecer las motivaciones de este acto incendiario.
El jefe de la policía local, único con acceso a las grabaciones, no pudo revisar las imágenes en el momento de la agresión. Está previsto que, a lo largo del día, los agentes analicen cualquier pista que pueda ofrecer la revisión de los vídeos almacenados y de testimonios de posibles testigos. Por el momento, no hay sospechosos identificados ni se descarta ninguna hipótesis sobre los autores o las razones que pudieron llevarles a atacar de esta forma tan directa un coche policial.
Este no es un hecho aislado. En las últimas semanas, se han registrado ataques similares en otros puntos de Catalunya. En las Terres de l’Ebre y en el Garraf, vehículos policiales también fueron objeto de actos vandálicos, y en Vic, otro coche patrulla fue incendiado delante de una comisaría. En ese caso, la investigación determinó que los responsables intentaban destruir pruebas que guardaba el vehículo.