A primera hora de este sábado, un suceso imprevisto ha alterado la tranquilidad típica en una de las principales arterias del Vallès Occidental. Las alarmas se activaron sin aviso, atrayendo la atención de los servicios de emergencia y de los conductores que circulaban sin imaginar el impacto que tendría en sus desplazamientos.
Un camión arde en la AP‑7
Alrededor de las 6:30 h de la mañana del sábado 29 de marzo de 2025, un camión sufrió un incendio en la autopista AP‑7 mientras avanzaba en dirección a Tarragona. El fuego se declaró en el punto kilométrico 145‑145,5, justo cerca de Santa Perpètua de Mogoda, afectando gravemente su cabina y provocando la caída de combustible sobre la calzada.
Aunque el vehículo no transportaba carga adicional, el derrame obligó a cortar todos los carriles para asegurar la zona y desplegar el dispositivo de extinción. Los Bomberos de la Generalitat fueron alertados poco después de las seis y media y trabajaron durante casi cuatro horas para apagar las llamas. A primera hora de la tarde, el fuego fue dado por controlado y los restos del vehículo, completamente calcinado, retirados.

Desvíos obligatorios y retenciones kilométricas
El incendio provocó restricciones significativas en la circulación. La totalidad del tráfico en sentido sur se vio interrumpido inicialmente, y el Servei Català de Trànsit recomendó a los conductores optar por la salida 19 en Can Salvatella como ruta alternativa. Las colas llegaron a alcanzar los 4,5 kilómetros, y aun cuando se reabrieron parcialmente dos carriles pasadas las 8:30 h, la congestión persistió.
Aunque se habilitaron carriles para aliviar el impacto, el tráfico se mantuvo lento durante varias horas. Según las últimas actualizaciones, todavía quedaban dos carriles cerrados hasta que se completaran las tareas de limpieza y reparación del firme.
La respuesta de los servicios de emergencia
Los equipos de emergencia desplegaron una fuerte movilización desde el inicio. Hasta ocho dotaciones terrestres y un helicóptero se sumaron a las actuaciones, según fuentes internas. A pesar de lo aparatoso del incendio, no se han registrado heridos, ni entre el conductor ni otros ocupantes de vehículos cercanos. El conductor del camión salió ileso tras el incidente.

Los bomberos se encargaron de extinguir el fuego y las brigadas de Trànsit retiraron los restos y limpiaron la calzada, lo que incluyó retirar el combustible derramado. Este operativo se prolongó varias horas debido al protocolo de seguridad, que incluía la inspección del firme para evitar riesgos estructurales. Santa Perpètua de Mogoda, municipio estrechamente conectado con la red viaria de Barcelona, ha sido escenario de incidentes similares en los últimos años.
En marzo de 2024, otro camión sufrió un incendio en la misma vía, aunque sin llegar a cortar la circulación en sentido sur, aunque sí generando retenciones de varios kilómetros. Ese incendio también fue controlado rápidamente por Trànsit y los bomberos. Este tipo de sucesos incrementa la presión sobre la infraestructura vial y llama la atención sobre la necesidad de protocolos eficaces de prevención y atención de emergencias.
Escenario prioritario para la seguridad vial
Aunque las causas exactas del incendio aún están siendo investigadas, no hay indicios de que se trate de un ataque intencionado o negligencia grave. Sí se apunta a un fallo mecánico o eléctrico en el vehículo. El aparente derrame de combustible pudo agravar las llamas y retrasar su contención.
Desde un punto de vista estructural, este tipo de incidentes demuestra la vulnerabilidad de las autopistas europeas ante emergencias que, aunque aisladas, pueden provocar severas consecuencias en el tráfico diario, aumentar los tiempos de desplazamiento y requerir una respuesta coordinada y rápida. En este contexto, Trànsit y Bomberos han evaluado positivamente la actuación conjunta, pero reconocen la necesidad de reforzar los protocolos y mejorar las infraestructuras de seguridad.
Lección para el tráfico y la prevención
El incendio del camión en la AP‑7 recuerda que, pese a los avances en seguridad vial, es esencial mantener la vigilancia y disponer de planes de emergencia efectivos. Este suceso, sin víctimas, pone de relieve la importancia de una reacción inmediata y coordinada, así como la necesidad de inspecciones técnicas periódicas para reducir fallos mecánicos.
Para los conductores, la lección es clara. Es necesario adaptarse a las indicaciones de Trànsit y mantener previsiones de margen extra para evitar contratiempos como este.