El pasado lunes 28 de abril, millones de españoles se vieron sorprendidos por un apagón eléctrico que paralizó comercios, cajeros automáticos y hogares en gran parte del país. Durante horas, la incertidumbre reinó y muchos temieron consecuencias económicas graves.
Apenas se restableció la red eléctrica, surgieron preguntas urgentes: ¿cómo afectó a la economía?, ¿cómo se comportaron los consumidores? Ahora, CaixaBank ha publicado su análisis y lanza un mensaje optimista a toda la ciudadanía.
La caída del consumo fue fuerte, pero breve
El informe, basado en millones de operaciones con tarjetas, muestra que el consumo en hogares españoles cayó un 34% durante el día de la apagada. El descenso se notó de forma generalizada en toda la península. En cambio, en zonas no afectadas, como algunas islas y ciudades autónomas, los hábitos de consumo se mantuvieron estables.

Esta diferencia permite dimensionar con precisión el alcance geográfico del apagón. Uno de los sectores más perjudicados fue el pequeño comercio, especialmente aquellos sin sistemas de pago alternativos. También las estaciones de servicio y supermercados vieron afectada su operativa.
Recuperación rápida en los días posteriores
A pesar del bajón inicial, CaixaBank señala una recuperación muy rápida. “Buena parte de las compras se reactivaron en las 48 horas siguientes”, destaca el informe. Muchos consumidores simplemente aplazaron sus compras sin renunciar a ellas. En los días siguientes, la actividad económica repuntó con fuerza.

El consumo con tarjeta aumentó un 20% respecto a un día habitual, lo que permitió recuperar más de la mitad del volumen perdido durante la jornada del apagón. Este fenómeno se conoce como efecto rebote. En términos netos, el balance final fue una caída del 15% en el consumo global, muy inferior a las previsiones pesimistas iniciales.
Efectos secundarios que también sorprendieron
Otro hallazgo interesante del informe fue que incluso el comercio electrónico se vio afectado. Aunque muchas zonas no sufrieron apagón, la caída de servidores alojados en territorio peninsular provocó errores en páginas web de compra. En este contexto, CaixaBank reconoce el valor del comportamiento ciudadano. “No hubo pánico ni acumulación masiva.
La respuesta fue madura, ordenada y demuestra una economía más resiliente de lo que pensamos”, recoge el estudio. El banco también destacó el papel de los medios digitales y la banca móvil. Aunque muchas operaciones presenciales fallaron, las aplicaciones y sistemas online permitieron mantener un mínimo de actividad durante las horas críticas.
El mensaje final que CaixaBank lanza a todos los españoles
Pero lo más importante no está en las cifras, sino en la reacción institucional. Al final del comunicado, CaixaBank lanza una frase que muchos no esperaban:
“Estamos estudiando compensaciones para los clientes que sufrieron perjuicios durante la apagada, especialmente comercios y autónomos”.
Aunque no se han concretado aún los mecanismos ni los importes, la entidad confirma que está analizando “caso por caso” y que quiere ofrecer “respuestas útiles y justas”. Este gesto ha sido recibido con alivio por muchos afectados.
En tiempos de incertidumbre energética, esta promesa marca una diferencia. CaixaBank no solo analiza lo ocurrido, sino que se compromete con soluciones concretas. Para miles de personas, ese compromiso vale más que cualquier informe técnico.