Un agente de policía de espaldas en una carretera.

Caos en la C-58 por un coche volcado

Este accidente afecta también a la B-10 y B-20

Está siendo un miércoles realmente complicado en las vías catalanas, pues han sido varios los siniestros que han provocado alteraciones. A media jornada, conductores que circulaban por la C-58 en sentido Terrassa se toparon con un incidente que alteraría por completo la normalidad viaria: un turismo había volcado en plena calzada, ocupando dos carriles y causando una gran congestión en la zona. En cuestión de minutos, la situación degeneró en un verdadero caos de tráfico, cuyas consecuencias se extendieron a otras vías de gran importancia como la B-10 y la B-20, también conocida como la Pota Nord.

Según las primeras informaciones difundidas por el Servei Català de Trànsit, el vehículo accidentado permaneció volcado en uno de los carriles, mientras que el otro quedaba inhabilitado por la presencia de los servicios de emergencia. Esta circunstancia redujo la capacidad de la C-58 a un solo carril operativo durante el tiempo que se empleó para atender el suceso y llevar a cabo las tareas de retirada del automóvil. El resultado fue una retención creciente que afectó no solo a los vehículos que pretendían dirigirse hacia Terrassa, sino también a quienes conectaban con la B-10 o la B-20 para acceder a diversos puntos del área metropolitana de Barcelona.

Un coche de policía con un letrero de emergencias 112
Coche del SEM 112 | ACN

La complejidad del incidente radicó en la imposibilidad de habilitar de inmediato pasos alternativos. Aunque, en algunos casos, se intentó desviar parte del tráfico por salidas anteriores, la afluencia de vehículos se mantenía tan alta que los colapsos eran difíciles de contener. Esto generó un efecto dominó en las vías circundantes, con filas de coches que avanzaban a paso muy lento o permanecían prácticamente detenidos. Algunos conductores se vieron atrapados durante largos minutos sin poder maniobrar para abandonar la autopista.

Precaución en la C-58

Los servicios de emergencia acudieron en un tiempo razonable. Dotaciones de Bombers de la Generalitat, ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM) y patrullas de los Mossos d’Esquadra se personaron en el lugar para atender el suceso. Ante la imposibilidad de reubicar el automóvil volcado de forma inmediata, los bomberos tuvieron que asegurarse de la estabilidad del vehículo antes de intentar retirarlo.

Paralelamente, se llevó a cabo una evaluación de posibles fugas de combustible o daños en la calzada, descartando cualquier riesgo que pudiera agravar todavía más la situación. De esta manera, se trabajó con celeridad para acotar la zona y proteger la seguridad de los intervinientes y de los propios conductores que seguían circulando.

Mientras tanto, algunos paneles de información instalados en la red viaria avisaban del corte de dos carriles y recomendaban itinerarios alternativos. No obstante, los avisos resultaron insuficientes para quienes ya se encontraban en la C-58, sin margen para tomar una ruta distinta. En el punto álgido de la retención, la circulación en sentido Terrassa llegó a presentar varios kilómetros de atasco, con consecuencias indirectas en los enlaces con la B-10 y la B-20, donde la situación también se tornó complicada.