La tranquilidad de la comarca del Pla de l’Estany se vio interrumpida este domingo por la tarde cuando una gran columna de humo comenzó a elevarse sobre los campos de Vilademuls. Eran las 17:28 h cuando los servicios de emergencia recibieron el aviso: una máquina agrícola había comenzado a arder muy cerca de una granja.
El incendio, que comenzó de forma localizada, despertó una rápida preocupación por la cercanía con las instalaciones ganaderas y por el riesgo de propagación a la vegetación y zonas boscosas próximas.
Llamas controladas, pero persistentes
Según confirmaron los Bombers de la Generalitat, la vegetación ardió lentamente, lo que dio un pequeño margen para actuar. A pesar de ello, la intervención fue compleja: un total de 11 dotaciones se desplazaron hasta la zona para contener el fuego, incluidas unidades especializadas del GRAF.

La intensidad del humo y la ubicación del foco obligaron a tomar decisiones estratégicas, entre ellas, dejar que una bala de paja ardiera por completo, para evitar riesgos mayores al intentar apagarla.
Con gran habilidad, el conductor ayudó a delimitar el área afectada, removiendo tierra y creando una franja de seguridad para impedir que las llamas se extendieran. Este gesto, que no fue improvisado, demuestra una vez más la importancia de la colaboración entre servicios de emergencia y el mundo rural, donde cada segundo cuenta y cada herramienta, por rudimentaria que parezca, puede ser vital.

Intervención en zona forestal
Además del trabajo sobre el terreno agrícola, los equipos del EPAF (Equip de Prevenció Activa Forestal) también entraron en acción. Estos se encargaron de limpiar la zona boscosa que rodea los campos, creando cortafuegos y retirando material inflamable que podría haber servido de combustible si el viento hubiera cambiado de dirección.
Las condiciones meteorológicas jugaron a favor de los bomberos: no había viento fuerte y la humedad del terreno, aunque no muy elevada, fue suficiente para ralentizar la expansión.
Pese al susto y a la espectacularidad de la columna de humo visible desde varios kilómetros, no se registraron heridos ni daños personales. La granja, situada muy cerca del foco inicial, no llegó a verse afectada gracias a la rapidez del operativo. Tampoco fue necesario evacuar animales.
¿Accidente o negligencia?
Todo apunta a un sobrecalentamiento o fallo mecánico en la maquinaria agrícola, aunque no se descarta una chispa provocada por el roce con alguna piedra o resto metálico entre la vegetación. El incendio ya está extinguido, pero la investigación sigue abierta. Mientras tanto, el episodio ha servido como recordatorio de lo vulnerables que pueden ser las zonas rurales en plena temporada estival.
Lo que no se ha divulgado públicamente, al menos hasta ahora, es que la máquina agrícola afectada era propiedad de la misma granja a la que el fuego amenazó. Según fuentes cercanas, el operario estaba realizando tareas rutinarias cuando notó que el motor echaba humo. En cuestión de minutos, el fuego se desató.
Y lo más preocupante: esa granja almacena fertilizantes altamente inflamables en un cobertizo a solo 30 metros del lugar del incendio.