La tarde de este lunes se ha visto alterada por la rápida movilización de numerosos equipos de emergencia en Catalunya. Las altas temperaturas y la sequedad del terreno, habituales en esta época del año, vuelven a poner a prueba la capacidad de respuesta de los servicios de extinción ante los riesgos inherentes al verano catalán.
A pesar de las campañas de concienciación y las restricciones de acceso a zonas boscosas, los incendios agrícolas y forestales siguen representando una amenaza real para el territorio.
Un incendio junto a infraestructuras críticas
El incidente se ha producido cerca de Torre Caterina, en el término municipal de Manresa. Según la información compartida por los Bombers de la Generalitat en sus canales oficiales, el aviso se recibió a las 16:51 horas.

El fuego, que afecta principalmente a rastrojos y una pequeña masa de bosque situada cerca de la vía del tren, obligó a solicitar la interrupción tanto de la circulación ferroviaria como del suministro eléctrico de la catenaria, una decisión fundamental para garantizar la seguridad de los equipos de intervención y de los propios usuarios de la infraestructura.
A la zona del incendio se han desplazado hasta 10 dotaciones de bomberos, incluyendo un bombardero que ha realizado descargas sobre el foco principal del fuego. La columna de humo era visible desde varios kilómetros de distancia, lo que generó preocupación entre los vecinos y en redes sociales, donde las imágenes comenzaron a circular poco después de declararse el suceso.
Coordinación y protocolos en la lucha contra el fuego
La actuación de los servicios de emergencia en Catalunya sigue un protocolo estricto, especialmente cuando el incendio amenaza infraestructuras críticas como líneas de tren. En este caso, la proximidad del fuego a la vía ferroviaria ha exigido la rápida coordinación entre Bombers, operarios de Adif y cuerpos de seguridad para cortar el tráfico ferroviario y evitar cualquier posible accidente.
Además, la interrupción temporal del suministro eléctrico en la catenaria permitió actuar con mayor seguridad y reducir los riesgos derivados de la presencia de alta tensión en la zona afectada.
El trabajo de los efectivos no solo se centra en extinguir las llamas, sino también en evitar la propagación del incendio hacia zonas de mayor valor ecológico o agrícola. Los expertos advierten que, en condiciones de viento y con las temperaturas propias de finales de junio, la extensión de un incendio puede producirse en cuestión de minutos si no se actúa con contundencia desde el inicio.
Un verano bajo vigilancia extrema
No es la primera vez que la comarca del Bages, donde se encuentra Manresa, se enfrenta a una situación similar. Cada verano, el riesgo de incendios forestales y agrícolas aumenta considerablemente en Catalunya, especialmente en áreas donde la combinación de cultivos, rastrojos y masas forestales favorece la rápida propagación del fuego.

Los datos de los últimos años evidencian que el cambio climático está alargando la temporada de incendios y multiplicando los episodios de riesgo extremo.
En este contexto, la labor de los bomberos y el resto de equipos de emergencia resulta más crucial que nunca. La inversión en medios aéreos, la formación de voluntarios y las campañas de prevención constituyen los pilares fundamentales para afrontar una amenaza que, lejos de remitir, tiende a agravarse año tras año.