El día comienza con un aviso que pocos conductores esperaban, poniendo a prueba la paciencia de cientos de personas en una de las principales vías de acceso a Barcelona. Una alerta lanzada a primera hora de la mañana ha obligado a cambiar rutinas y ha marcado el pulso de la movilidad en la región, generando inquietud entre los habituales de esta ruta estratégica.
Una avería provoca el colapso de una arteria clave
El suceso ha tenido lugar este jueves 19 de junio de 2025, cuando una incidencia mecánica ha terminado colapsando la circulación en un tramo crítico de la red viaria catalana.
El Servei Català de Trànsit ha informado, a través de su perfil oficial en redes sociales, de la existencia de importantes retenciones en la C-58, en el tramo comprendido entre Montcada i Reixac y Cerdanyola del Vallès, sentido Barcelona.

Según el comunicado, la avería de un vehículo ha obligado a cortar dos carriles de la vía, provocando una cola que rápidamente ha alcanzado los 4 kilómetros. La noticia, acompañada de una imagen de las cámaras de tráfico a las 10:52 de la mañana, muestra claramente la magnitud del atasco y la imposibilidad de circular con normalidad por una de las autopistas más transitadas del Vallès Occidental.
La importancia de este eje radica en que es la principal puerta de entrada hacia la capital catalana desde el interior del Vallès y el Bages, lo que multiplica el impacto del incidente en hora punta y afecta tanto a conductores particulares como al transporte de mercancías y servicios esenciales.
Medidas excepcionales para reducir el caos vial
La situación, lejos de mejorar con el paso de los minutos, ha obligado a las autoridades a activar protocolos especiales. En un intento por aliviar la saturación, Trànsit ha decidido abrir el carril BUS-VAO a todos los vehículos, salvo camiones de más de 7,5 toneladas, una medida excepcional que se aplica únicamente en situaciones de emergencia para evitar el colapso total.
Este tipo de actuación, poco habitual pero cada vez más necesaria en episodios de gran congestión, demuestra la flexibilidad de la gestión del tráfico en Catalunya. La prioridad, según destacan desde Trànsit, es garantizar la seguridad y restablecer la fluidez cuanto antes en la C-58, una vía que en condiciones normales ya soporta una densidad de tráfico muy elevada en franjas horarias laborales.
No es la primera vez que una avería bloquea este tramo concreto. La C-58 es tristemente célebre por episodios de retenciones kilométricas, especialmente en días laborables y durante operaciones salida o retorno.

Según los últimos datos históricos, los atascos en este punto suelen estar provocados por accidentes leves o por la simple saturación de vehículos en momentos de máxima afluencia, lo que evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura ante cualquier incidencia inesperada.
En redes sociales, las reacciones no han tardado en aparecer, con mensajes de indignación de conductores atrapados y peticiones de mejoras urgentes en la gestión del tráfico y la señalización de incidencias. Muchos usuarios recuerdan situaciones similares vividas en el pasado, reclamando más inversión y alternativas reales para evitar que un simple incidente pueda llegar a bloquear durante horas una autopista tan vital para la movilidad de miles de personas.