Mujer pensativa con el dedo en los labios frente a un fondo de frutería y varias ilustraciones de sandías superpuestas

Los trucos definitivos de una frutera para cortar una sandía

La frutera lo explica en una entrevista en TV3.

Marina Larregola, quinta generación de la frutería Giró del mercado de Sant Antoni en Barcelona, se ha convertido en un fenómeno viral. ¿El motivo? Sus consejos prácticos, directos y simpáticos sobre cómo elegir, cortar y disfrutar de una buena sandía en verano.

Frente a las cámaras, Marina nos enseña con una sonrisa cómo identificar si una sandía está madura. Lo primero: darle un golpecito. “Si suena hueca, no está lista. Pero si se nota densa y llena, eso es señal de madurez”, explica. También menciona que el peso es clave: una sandía madura debe pesar más de lo que parece por su tamaño.

El secreto está en el color y el sonido

Otro truco fundamental que comparte Marina es observar el color. “Si tiene una mancha amarilla o dorada, es que ha madurado bien en el suelo. Eso también nos da pistas de que está lista para comer”, asegura. Esta técnica, tan sencilla como efectiva, ha sido transmitida de generación en generación en su familia.

Persona seleccionando frutas en un mercado colorido y lleno de variedad.
Frutería plagada de diferentes tipos de fruta. | Wikipedia

Lo interesante es cómo lo cuenta: con naturalidad, humor y una conexión especial con los clientes. Incluso menciona que su padre, en el mercado de Tarragona, abrió una sandía de golpe para demostrar a una clienta que estaba madura. “¡Pam, tenga! Y resultó estar perfecta”, dice entre risas.

Un corte profesional en casa

Una vez elegida la sandía perfecta, toca el corte. Marina nos propone un método muy práctico para cuando tenemos invitados. Con movimientos firmes y seguros, corta la fruta en grandes mitades, luego en cuartos, y finalmente en rodajas rectangulares. “Así, incluso los niños o las personas mayores pueden comerla fácilmente”, dice mientras corta con soltura.

Mujer comiendo una manzana verde rodeada de frutas y verduras.
Chica comiendo una poma con varios tipos de fruta a su alrededor. | Freepik

Todo lo hace con confianza, fruto de años de experiencia. “Cortamos sandía cada día”, comenta con orgullo. Y no solo sandía: también muestra cómo quitar el hueso de una cereza usando una simple pajita de plástico. ¡Ingenioso y efectivo!

Ciruelas, cerezas y trucos caseros

La conversación se extiende a otras frutas de verano, como las cerezas. Marina revela que en su frutería las seleccionan cuidadosamente. “Hace un mes y medio, el kilo costaba 87 euros porque apenas llegaban cajas a Mercabarna. Ahora ya bajó a 16, pero seguimos buscando la mejor calidad”, explica.

Además, sugiere no poner las cerezas con hueso en la macedonia porque es difícil comerlas con comodidad. En su lugar, recomienda usarlas para postres tradicionales como la coca de cerezas de Reus.

Recita un poema de Josep Carner que describe las cerezas como “fruta perfecta redondeada en pausa”. Su manera de mezclar cultura popular, poesía y fruta es una delicia para quien la escucha. También da consejos para conservar mejor la macedonia: “Un chorrito de limón evita que el melocotón se oxide”, dice. “Como con las alcachofas”. Esta sabiduría cotidiana, tan útil como sencilla, forma parte del encanto que la rodea.

Una frutera que conecta con la gente

Más allá de los trucos, Marina conecta con el público por su calidez y naturalidad. Habla del verano, de la importancia de la fruta de proximidad, de cómo su familia lleva décadas en el mercado, y de los recuerdos que le traen las cerezas y el melón. Su historia es la de muchas familias que han vivido entre cajas de fruta y clientes fieles.

También es una muestra de cómo el saber hacer tradicional sigue teniendo valor en la era digital. Y es que, gracias a fruteras como Marina, cortar una sandía se convierte en un pequeño arte… lleno de sabor, color y sonrisas.