Recibir una multa de tráfico puede resultar molesto, sobre todo si consideras que es injusta o errónea. Sin embargo, tienes derecho a defenderte y tratar de anular la sanción. A continuación, te explico los pasos que debes seguir en España si quieres impugnar una multa de tráfico.
En primer lugar, revisa detenidamente la notificación de la multa. Debe incluir información sobre la fecha, la hora, el lugar de la presunta infracción, así como una descripción de los hechos. Comprueba también que tus datos personales y los de tu vehículo sean correctos. Si detectas errores formales, esto puede ser un motivo para recurrir la sanción.
Asegúrate de que la notificación se haya realizado en plazo. En general, la Administración dispone de un tiempo determinado para notificarte la multa. Si se ha superado ese plazo, la sanción podría quedar invalidada. Verifica también si la notificación ha llegado a la dirección correcta y si se han respetado los procedimientos de notificación.
Si consideras que la multa no está justificada, puedes presentar alegaciones ante el órgano sancionador dentro del plazo indicado en la notificación (generalmente 20 días naturales). En este escrito, debes exponer de forma clara y concisa por qué crees que la sanción es errónea o injusta. Aporta las pruebas que puedas: fotografías, testigos, informes técnicos u otro tipo de documentación que respalde tu versión de los hechos.
Si no eres experto en derecho administrativo, resulta muy aconsejable contar con el asesoramiento de un abogado especializado en derecho de tráfico. Él te guiará en la redacción de las alegaciones, seleccionará las pruebas adecuadas y te orientará sobre las posibilidades de éxito. Además, un profesional conocedor de la normativa y la jurisprudencia puede detectar irregularidades en el procedimiento administrativo que tú podrías pasar por alto.
Vía administrativa previa a la vía judicial
La Administración revisará tus alegaciones y resolverá si mantiene o anula la sanción, o si la modifica. Si rechaza tus argumentos, tendrás la opción de interponer un recurso de reposición ante el mismo órgano, o un recurso de alzada si la normativa lo permite. Estos recursos son trámites previos a la vía judicial y, en algunos casos, obligatorios antes de acudir a los tribunales.
Vía judicial en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo
Si la vía administrativa se agota sin éxito, puedes recurrir ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo. Esta opción supone iniciar un proceso judicial en el que un juez evaluará las pruebas y decidirá si la multa debe mantenerse o anularse. En este estadio, el apoyo de un abogado resulta aún más recomendable. Aunque el proceso puede llevar tiempo y conllevar gastos adicionales, es la última instancia para defender tus derechos como conductor.
Ten en cuenta que la interposición de recursos no siempre exime del pago inicial de la multa. No obstante, en algunos casos, si no pagas la sanción y recurres, la tramitación del recurso detiene la ejecución forzosa hasta que haya una resolución firme. Sin embargo, si pierdes el recurso, podrías tener que abonar el importe íntegro más intereses o recargos.
Por otro lado, si consideras que pagar la multa con la reducción por pronto pago (normalmente el 50%) es más ventajoso, debes valorar si merece la pena acudir a la vía de recurso. El descuento por pronto pago suele implicar la renuncia a la impugnación. Antes de tomar esta decisión, analiza las posibilidades de éxito del recurso y la cuantía de la sanción.