El servicio apícola de Can Parcala del centro especial de trabajo (CEO) de la Fundación El Maresme para la inserción de las personas con discapacidad, lanza al mercado su primer producto gourmet. Especializado en la elaboración de miel desde hace una década, Can Parcala se reinventa en parte para combatir el bajón de producción provocado por la llegada de un nuevo depredador, la avispa asiática.
La alternativa son unos dulces de alta gama que elaboran artesanalmente a personas con discapacidad. Se trata de almendras caramelizadas con la miel de la propia finca y bañadas con distintos tipos de chocolate. El responsable del proyecto, Txema Magro, dice que la "inclusión perfecta" es que el producto se venda "porque es muy bueno y no por el trasfondo social". "Estamos educados en colaborar con entidades sociales y en comprar un producto como aportación, como donativo", reflexiona Magro, que ve en las Rocas del Maresme un producto que va más allá de esta vertiente social y que puede tener éxito para su calidad gastronómica.
En 2023 ya se realizaron a modo de prueba piloto y la realidad superó todas las expectativas. De hecho, para este 2024 se prevé realizar la misma cantidad que el año en pruebas, unos 900 kilos. Las catas que se realizaron con entidades, ayuntamientos y empresas tuvieron tanta repercusión que se recibieron pedidos "muy importantes" de clientes como Mango o la Roca Village.
"No deja de ser como la clásica roca suiza, pero en lugar de estar caramelizada con azúcares refinados, lo hacemos con miel", detalla el responsable del proyecto. Se habían hecho dos versiones, de chocolate negro y chocolate con leche y naranja. Ahora, además, se acaba de lanzar un tercer sabor, el de chocolate blanco con semillas de sésamo.
El proceso de elaboración es totalmente artesanal, desde la elaboración del chocolate, la caramelización de las almendras, el montaje de las rocas o el envasado del producto. "Las máquinas más desarrolladas que tenemos son las cucharas y manos de nuestros compañeros", se felicita Magro. En Can Percala trabajan actualmente doce personas, de las cuales hay siete con discapacidad y el resto son los monitores de la Fundación El Maresme.
Además de la elaboración de las Rocas del Maresme, existe también un proyecto de apicultura, que cuida las abejas y produce anualmente unas 2,5 toneladas de miel, y se realizan talleres pedagógicos para escuelas objetivo de dar a conocer el mundo de la apicultura y educar en el respeto a la diversidad.