Con la llegada del mes de junio, los supermercados empiezan a prepararse para una de las fechas más señaladas del calendario catalán: la revetlla de Sant Joan. Cada año, miles de familias buscan las mejores opciones para llenar sus mesas de productos típicos, y la coca de Sant Joan se convierte en la auténtica protagonista de la noche.
El interés por estas elaboraciones artesanales, en sus distintas variedades, crece de forma notable durante las semanas previas a la festividad, impulsando un fenómeno de consumo que aúna tradición, precio y experiencia de compra.
En los últimos años, se ha observado un cambio relevante en los hábitos de los consumidores. El auge de las cocas de elaboración propia en los supermercados responde a una demanda creciente de productos frescos y de calidad, sin renunciar a la comodidad ni a un precio competitivo. Bonpreu y Esclat, dos enseñas de referencia en Catalunya, han sabido captar esta tendencia, apostando por una oferta que pone en valor tanto la diversidad como la elaboración diaria en sus obradores.
Tendencias de consumo y estrategias en supermercados
Sant Joan es, sin duda, uno de los momentos de mayor facturación para el sector alimentario en Catalunya. Solo en la semana de la revetlla, la venta de cocas se multiplica por cinco respecto al resto del año, según datos de consumo recientes.
Los supermercados, conscientes del tirón de este producto, compiten por captar la atención de los clientes con propuestas que combinan tradición y novedad. Las estrategias van desde la promoción de cocas clásicas de briox con fruta confitada hasta variedades innovadoras, como las cocas de hojaldre rellenas de crema, cabello de ángel o chocolate.
En este contexto, la experiencia de compra adquiere una dimensión clave. El consumidor valora la posibilidad de encargar su coca con antelación, asegurándose disponibilidad y frescura en la recogida. Además, la transparencia en la información sobre peso, ingredientes y precio refuerza la confianza y fideliza al cliente. Bonpreu y Esclat han integrado estos elementos en su campaña para Sant Joan, facilitando tanto la reserva como la compra presencial de las distintas cocas.
Las cocas más demandadas y sus precios
El surtido que ofrecen Bonpreu y Esclat destaca por su amplitud y por la elaboración propia en tienda, un valor añadido cada vez más apreciado. Entre las opciones disponibles este año, el cliente puede encontrar:
- Coca de briox con fruta (600 g) o con crema (750 g): Una opción clásica, elaborada en el propio obrador del supermercado. Su precio es de 13,95 € la unidad, una tarifa ajustada si se compara con otras propuestas artesanales del mercado.
- Coca de briox con crema (1,25 kg): Para quienes buscan una coca de gran formato para compartir en familia o con amigos, esta opción se presenta a 20,95 € la unidad. Ideal para grupos numerosos o celebraciones en las que la generosidad es la norma.
- Coca de llardons gran (750 g): El sabor tradicional del llardó, elaborado en el mismo supermercado, se ofrece a 9,95 € la unidad. Esta variedad sigue ganando adeptos cada año por su textura crujiente y su toque salado.
- Cocas de hojaldre rellenas: Tanto la coca de hojaldre con crema (1 kg) como las de chocolate o cabello de ángel (800 g), también de elaboración propia, se mantienen en el precio de 9,95 € la unidad, situándose como alternativas económicas y versátiles.
La elección entre las distintas cocas responde, muchas veces, a una cuestión de gustos y tradiciones familiares. Sin embargo, la opción de encargar la coca con antelación y la posibilidad de elegir entre varios formatos, rellenos y acabados, facilita la personalización de la experiencia de compra.
El valor añadido de la elaboración propia
Uno de los aspectos que distingue la campaña de Bonpreu y Esclat es la apuesta por la elaboración diaria en sus propios obradores. Este factor incide directamente en la calidad final del producto: masas más esponjosas, ingredientes frescos y ausencia de conservantes artificiales. Para el consumidor informado, estos elementos marcan la diferencia respecto a cocas industriales o de importación.
Además, la transparencia en el etiquetado y la atención al cliente durante el proceso de encargo refuerzan la confianza y permiten resolver dudas sobre alérgenos o procedencia de los ingredientes. En un contexto en el que la salud y la calidad alimentaria ganan peso en las decisiones de compra, estas cuestiones resultan especialmente relevantes.
Un toque final: ideas de consumo y maridaje
Para quienes busquen innovar en la celebración de Sant Joan, una sugerencia sencilla es acompañar la coca con una copa de cava frío, fruta fresca o helado de vainilla. La coca de llardons, por ejemplo, combina muy bien con un vino dulce, mientras que la de crema o fruta resulta ideal junto a una bebida ligera y afrutada.