Recientemente y a través de un hilo publicado en su cuenta personal de X (Twitter), con más de 232.100 seguidores, el economista Santiago Niño Becerra ha advertido sobre la situación económica española más inmediata, que contradice las previsiones de corte optimista según el Gobierno de España.
Santiago Niño Becerra encabezaba su tuit con este clarificador titular: "El mercado laboral está creciendo a base de emplear personas (muchas en turismo y en empleo público), pero la inversión no crece. Aumenta la actividad, pero menos que las horas trabajadas". Sus conclusiones siguieron con determinación: "Como se emplea a más personas la masa salarial total aumenta, pero como la productividad es baja, los salarios medio son bajos, luego el consumo personal de todo tipo de bienes (e incluyo el alquiler) es bajo".
El economista barcelonés se ha convertido en todo un referente de las predicciones económicas. Tras una etapa vinculada al sector siderúrgico, a mediados de los años noventa redefinió su trayectoria profesional pasando a ejercer como Catedrático de Estructura Económica, además de docente para la Facultad de Economía del Instituto Químico de Sarrià (IQS), perteneciente a la Universidad Ramon Llull de Barcelona.
Uno de los puntos de inflexión en el devenir como estudioso de la previsión económica del país, fue su vaticinio acerca del crack económico de 2010, detallado en su libro "El crash del 2010. Toda La Verdad Sobre La Crisis (Sin Fronteras)", publicado por el sello Debolsillo, en el que alertaba sobre la profunda crisis y las consecuencias de una larga depresión que podría durar hasta el año 2020, nada más lejos de la realidad.
Un economista inusual
Niño Becerra no es un economista al uso. Es especialmente pesimista en sus predicciones, y no son pocos los que discuten sus teorías, al considerar que se basan en aspectos demasiado tremendistas y surgidos de la astrología. Todo ello le ha comportado una imagen de cierta excentricidad que provoca la división entre adeptos y detractores de sus vaticinios económicos. En cualquier caso, muchos de sus aciertos le avalan, como en el citado caso del crack económico de 2010.
Las acusaciones de exageración que recibió quedaron en evidencia, cuando con el paso del tiempo, muchas de sus predicciones se convirtieron en realidad. Con anterioridad, en 2022 ya publicó un tuit en el que decía "sequía persistente. Falta de lluvia: en el siglo XXI se continúa dependiendo del cielo. Hace unos días, un señor nada experto en el mundo del agua, me comentaba: Van a dejar que se siga pudriendo el tema del agua, la escasez, las restricciones... Después, cuando la gente esté harta, unos pocos fondos harán inversiones en desaladoras, en recuperación de agua, en mantenimiento de conducciones y tendremos que pagar el litro a precio de coñac francés".