Cuando llega el otoño y el frío empieza a azotarnos, muchos buscan platos calientes para reconfortarse. Las sopas y caldos se vuelven protagonistas en esta época del año, ofreciendo calidez y sabor en cada cucharada. Uno de los referentes en nuestra cocina, Ferran Adrià, ha compartido su receta de sopa de ajo, una versión sencilla pero deliciosa y que es perfecta para combatir las bajas temperaturas.
La sopa de ajo es un clásico de la cocina española y, aunque su origen es humilde, ha conquistado a generaciones por su sabor y simplicidad. Ferran Adrià, conocido por su creatividad en la alta cocina, ha optado por una receta accesible, que cualquier persona puede preparar en casa sin necesidad de técnicas complejas. Esta sopa es ideal para aprovechar el pan sobrante y darle un giro especial con ingredientes comunes que todos tenemos en la despensa.
Para preparar la sopa de ajo de Ferran Adrià se necesitan ingredientes básicos: dos rebanadas de pan, dos huevos, 450 ml de caldo de pollo, 40 ml de aceite de oliva, dos dientes de ajo, una cucharadita de pimentón dulce, sal y pimienta negra. Estos elementos, aunque sencillos, se combinan para crear una sopa llena de sabor y nutrientes, perfecta para una comida o cena reconfortante.
Así es la receta
El primer paso consiste en freír las rebanadas de pan en el aceite hasta que queden bien doradas. Este proceso aporta una textura crujiente que luego se integra al caldo. Una vez fritas, se retiran del aceite para añadir los ajos, previamente pelados y machacados, que se fríen en la misma cazuela. Los ajos aportan su característico sabor y aroma, fundamental en una buena sopa de ajo.
Cuando los ajos estén dorados, se incorpora el pimentón, que añade un toque ahumado y un color rojizo a la sopa. Ferran Adrià sugiere que, si se dispone de pimiento choricero, se puede utilizar en lugar del pimentón, aportando un sabor ligeramente diferente pero igualmente delicioso. Después, se agregan el pan frito y el caldo de pollo a la cazuela, dejando que la mezcla hierva a fuego lento durante unos 20 minutos.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, la sopa puede triturarse con una batidora para obtener una textura más homogénea, aunque esto es opcional y depende de los gustos personales. Finalmente, se ajusta de sal y pimienta negra al gusto y se sirve en un plato hondo.
El toque final de esta receta lo da el huevo, que puede prepararse de varias maneras según las preferencias. Ferran Adrià sugiere opciones como huevo duro, poché o simplemente una yema. Para los más experimentados, incluso propone hacer el huevo “a la japonesa”, es decir, cocido a baja temperatura con ayuda de un Roner, un equipo de cocina profesional. Este añadido eleva la sopa a otro nivel, ofreciendo una textura cremosa y un sabor suave.