Hay situaciones cotidianas con los perros que, aunque parecen simples, terminan por convertirse en todo un fenómeno viral. Una de ellas acaba de revolucionar Twitter, donde un video reciente ha capturado el curioso momento en el que Thor, un can de aspecto entrañable, decide expresar todo su “descontento” después de pasar por la bañera. Pero más allá de la anécdota, lo ocurrido invita a reflexionar sobre cómo los animales comunican sus emociones y cómo las redes sociales se convierten en escaparate de su vida diaria.
Thor, el perro que no olvida un baño
La escena es tan familiar como divertida: Thor, tras recibir su baño obligatorio, se niega a mirar a su tutora, mostrándose visiblemente ofendido. El video, compartido originalmente por la cuenta @DiloConPerritos, muestra el diálogo cariñoso y resignado de su cuidadora, quien intenta explicarle el motivo del baño con frases como “tenías un olor feo” y “nunca más te baño, chao”. Sin embargo, Thor mantiene la cabeza girada y la mirada esquiva, un gesto que muchos propietarios de perros reconocerán de inmediato.
Este comportamiento, más allá de lo simpático, tiene una explicación desde la etología canina. Los perros pueden asociar rutinas o acciones humanas, como el baño, con sensaciones poco placenteras. No es que el animal guarde rencor en el sentido humano, pero sí pueden manifestar cierto enfado o decepción durante unos minutos, haciendo visible su incomodidad mediante gestos, posturas y hasta un pequeño “teatro” emocional. Especialistas en comportamiento animal coinciden en que, a diferencia de otros mamíferos, los perros son especialmente expresivos cuando algo no les gusta.

Entre el humor y la empatía animal
El video de Thor no tardó en viralizarse y acumular miles de interacciones. Cientos de usuarios compartieron historias similares, acompañadas de fotos y videos de sus propios perros haciendo gala de actitudes parecidas tras un baño. Algunos etólogos consultados por medios especializados aprovecharon la ocasión para recordar que este tipo de reacción, aunque graciosa, es una señal de confianza y vínculo con la familia humana. El perro entiende que puede “reclamar” con seguridad, mostrando sus emociones sin temor.
En plataformas como TikTok y Facebook, las reacciones no han parado de crecer. La publicación original se llenó de mensajes humorísticos y comentarios empáticos: “El mío me ignora por horas después del baño”, dice una usuaria, mientras otros comparten consejos sobre cómo convertir la hora del baño en una experiencia menos traumática, usando refuerzos positivos o juguetes. Incluso se han sumado veterinarios y educadores caninos que explican la importancia de acostumbrar a los perros al baño desde cachorros, para evitar estas situaciones de rechazo.
El fenómeno Thor ha dado pie a debates sobre el bienestar animal y el respeto por las emociones de las mascotas. No faltan voces que recuerdan que, si bien el humor es inevitable ante ciertas escenas, es fundamental tener en cuenta las señales de estrés en los animales. Un exceso de “dramatismo” puede indicar, en casos extremos, fobia al agua o experiencias pasadas negativas.
¿Por qué los perros “reclaman” después del baño?
A nivel científico, la explicación es clara: para muchos perros, el baño representa una ruptura de su rutina y una invasión de su espacio personal. El olfato, principal sentido en los canes, queda alterado tras el uso de jabones y champús, generando una sensación de desorientación temporal. Por eso, no es raro que, tras el baño, intenten restregarse por la casa o “protestar” evitando el contacto visual, como ha hecho Thor.
Las imágenes virales de Thor han servido también para recordar a los dueños la importancia de observar y respetar los límites de cada animal. Si bien el baño es necesario, la paciencia y la comprensión resultan clave para que la experiencia no sea tan desagradable para ellos.
Una rutina con anécdotas
Lo que comenzó como un simple video casero se ha convertido en una de las historias más compartidas de los últimos días entre los amantes de los animales. Thor, el perrito rencoroso por su baño, es hoy un símbolo de lo mucho que pueden expresar nuestros compañeros de cuatro patas. Más allá de la anécdota, su actitud nos recuerda la importancia de escuchar a los animales y respetar sus tiempos, incluso cuando se trata de tareas tan rutinarias como el baño.