La joyería Moner de Vilafranca del Penedès se ha aliado con cinco pastelerías del municipio para esconder joyas de oro en los roscones de Reyes. De los 5.000 roscones que se venderán a partir del viernes, habrá diez que tendrán escondida una pulsera o un anillo. Son piezas de oro de 18 quilates, de diseño propio. Los anillos están terminados con topacio azul y diamantes, y están valorados en 650 euros, mientras que el precio de venta de las pulseras es de 250 euros.
“Queríamos animar al comercio local con una campaña que fuera completamente disruptiva”, explica a la ACN Gena Moner, quinta generación de la joyería que impulsa esta actividad. Las pastelerías que se han sumado -todas de larga tradición- celebran la iniciativa "porque es genial, dinámica y fresca". Gena Moner asegura que con esta actividad "quería poner en valor la labor de las pastelerías con ADN vilafranquino" y dar un giro a una campaña navideña que hace años que se mueve en las mismas dinámicas. "Escondiendo estos anillos conseguimos un win to win en difusión y publicidad", destaca.
Y es que el eco es el principal beneficio en el que confía Moner, ya que esconderán las diez joyas sin recibir ninguna compensación económica de la venta de los roscones, los cuales mantendrán el precio aproximado del año pasado. La previsión, relata esta joyera, es que cada una de las cinco pastelerías tendrá un anillo y una pulsera que esconderá entre el millar de roscones que amasará a su obrador. Los pasteleros han acordado poner la joya envuelta en el mazapán, la nata o la crema junto con el rey, “ya que es una figura que todo el mundo busca”.
Los días previos, en el marco de algunas pruebas a uno de los obradores, los cinco pasteleros destacan en el ACN que la iniciativa permite incrementar la “expectación” que tradicionalmente tiene la sobremesa del día de Reyes. "Es una fiesta que está llena de magia y este juego encaja perfectamente", explica Marc Parés, de Panadería Parés. Los pasteleros preparan la campaña de los roscones de este año con cierta inquietud “porque, una vez estén todos amasados y ligados, nadie sabrá cuál contiene la joya”.
Desde la pastelería Bertran, Ramon Bertran apunta que "son días de muchos nervios y estrés, ya que hay que hacer mil roscones en muy pocas horas, pero la iniciativa enseguida pareció muy interesante y divertida".
Éxito entre los clientes
Un interés que también se ha palpado entre los clientes, puesto que el juego ha acelerado los encargos de este año. Si habitualmente los roscones de Reyes se contagiaban pasado Año Nuevo, esta vez las pastelerías han recibido numerosas llamadas para hacer reservas.
Antes de Navidad, más de un 20% de los roscones ya estaban pedidos. Entre los cinco establecimientos participantes ven inviable ampliar la producción “porque lleva años al límite de la capacidad de los obradores”. Tanto los pasteleros como la joyera que ha impulsado la iniciativa admiten que será una incógnita saber qué ocurrirá cuando alguien encuentre el anillo o la pulsera, ya que no hay ninguna hoja de instrucciones que marque las normas de quien se la debe quedar. Moner invita a las familias y grupos de amigos a pactar previamente si el premio será para quien compra el roscón o bien para quien encuentra la joya. “Suponemos que habrá algún conflicto”, dice, riendo,
Fèlix Mestre, del Forn y Pastisseria Rius, que es partidario de que la recompensa sea para la persona que ha comprado el roscón. Más allá de quien sea el triunfador de una competición “totalmente sana”, los pasteleros han previsto regalar un postre a la persona que acuda al establecimiento con la joya encontrada. A su vez, Gena Moner apunta a que las pulseras tienen una pequeña placa que se podrá grabar de forma personalizada. Las cinco pastelerías que se han adherido a la iniciativa de Joyería Moner son Bertran, Galí, Parés, Ríos y Trenes, todas con larga tradición de varias generaciones en Vilafranca del Penedès.