La industria catalana del cava enfrenta una encrucijada que pone a prueba su resiliencia. Mientras sectores como el turismo y la tecnología muestran signos de crecimiento, otras áreas tradicionales, como la vitivinicultura, se ven afectadas por factores climáticos adversos y cambios en la demanda global.
Son muchas las grandes y pequeñas empresas que se dedican al mundo del cava y del vino. Unos productos que son parte de nuestra historia, de nuestra cultura y nuestra gastronomía. Es por ello que la noticia ha sorprendido a mucha gente del sector. Freixenet implementará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) es un reflejo de estas tensiones
La empresa acuerda con los sindicatos un ERE que afectará a 154 trabajadores
Tras semanas de negociaciones intensas, Freixenet y los representantes sindicales han alcanzado un preacuerdo que reduce el número de despidos inicialmente previstos. De los 180 empleados que se contemplaban en un principio, finalmente serán 154 los afectados por el ERE.

De estos, aproximadamente 30 accederán a un proceso de prejubilación, lo que sitúa la cifra efectiva de despidos en 124 trabajadores. El acuerdo incluye una indemnización de 50 días por año trabajado, sin límite de mensualidades, una condición que supera los estándares legales y refleja la voluntad de mitigar el impacto social de la medida.
La empresa justifica esta reestructuración por la necesidad de adaptar su estructura productiva a la nueva realidad del mercado, marcada por una significativa reducción en la producción de uva debido a la sequía que afecta al Penedès desde 2022. Esta situación ha generado un desequilibrio entre la oferta y la demanda, incrementando los costes de producción y afectando la sostenibilidad del negocio.
Impacto en el sector y perspectivas futuras
La decisión de Freixenet se enmarca en un contexto más amplio de transformación en la industria del cava. Según datos de la Denominación de Origen Cava, en 2024 las ventas globales de cava descendieron un 13,4%, con una caída del 18% en el mercado internacional. Este descenso se atribuye, en parte, a la disminución de la producción y al aumento de los costes, factores que han obligado a las empresas del sector a replantear sus estrategias operativas.

La situación de Freixenet no es aislada. Otras empresas del sector también enfrentan desafíos similares, lo que podría llevar a una reconfiguración del panorama vitivinícola en Catalunya. La adaptación a las nuevas condiciones climáticas, la diversificación de mercados y la inversión en innovación serán clave para garantizar la viabilidad a largo plazo de estas empresas.