En un escenario económico donde la inflación aún ronda el 3 % en España y los tipos de interés se mantienen bajos, las demandas de acceso a liquidez crecen entre los ahorradores. Además, recientes reformas normativas han abierto nuevas posibilidades para la gestión de los planes de pensiones, sumando presión sobre bancos y gestores de productos de ahorro a largo plazo.
Desde enero de 2025, una de las novedades más destacadas es la posibilidad de rescatar aportaciones de planes de pensiones con más de diez años de antigüedad, aunque no se esté jubilado. La medida, derivada de un real decreto aprobado en 2018, supone un giro importante en comparación con los criterios anteriores que sólo permitían rescates por jubilación, incapacidad, desempleo prolongado o enfermedad grave.
Entrar en la liquidez anticipada sin necesidad de más requisitos representa una herramienta crucial en tiempos de tensión económica para muchas familias.

Banco Santander adapta su oferta para facilitar el acceso
Banco Santander ha comunicado que permite rescatar fondos aportados con anterioridad al 31 de diciembre de 2015, junto con los rendimientos generados, si cuentan con una antigüedad mínima de diez años. Esto representa una puerta abierta para cientos de miles de clientes que desean aliviar tensiones financieras sin esperar a la jubilación.
El proceso es sencillo: el partícipe debe solicitar el rescate en su oficina o sede digital, especificando si desea recibirlo en un único pago (capital), en rentas periódicas, o en una fórmula mixta. Cada modalidad implica efectos fiscales distintos, y Santander recomienda un análisis personalizado antes de elegir la forma y el momento del rescate.
Ventajas y riesgos fiscales del rescate anticipado
Aunque disponer de dinero antes pueden ser crucial, el rescate total puede provocar una subida significativa en la tributación del IRPF, ya que los fondos recuperados se imputan como rendimientos del trabajo. Quienes rescaten todos los derechos en una sola vez podrían llegar a tramos impositivos elevados, especialmente si ya cuentan con otros ingresos.

Existen mecanismos que permiten paliar esta carga fiscal. Santander recuerda que las aportaciones anteriores a diciembre de 2006 gozan de una reducción del 40 % si se rescatan en capital. Esa reducción solo aplica al primer rescate en capital tras la contingencia y puede realizarse por plan, optimizando el impacto fiscal. Además, rescatar en forma de rentas o en manera mixta reduce el impacto fiscal al repartir los ingresos en varios años.
Incentivos adicionales y apuesta por la sostenibilidad
Santander también ha reforzado su posicionamiento ofreciendo incentivos a quienes traspasen fondos desde otras entidades. El banco está promoviendo una bonificación de hasta el 6 % para traspasos a planes de inversión a favor de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza), siempre que se mantenga la inversión entre cinco y ocho años.
Entre las opciones disponibles, la gama “Mi Proyecto Santander ASG” permite ajustarse de forma automática al perfil y ciclo de vida del ahorrador, reduciendo progresivamente la exposición al riesgo a medida que se acerca la jubilación.

Valoración crítica y conclusiones de un experto bancario
La apertura de esta ventana de liquidez anticipada marca un hito en la gestión de planes de pensiones individuales en España. Permite afrontar con mayor autonomía situaciones financieras urgentes, pero también exige un equilibrio entre la necesidad inmediata y el objetivo de ahorro a largo plazo. El riesgo fiscal es real y requiere asesoramiento. La estrategia más eficiente puede no ser rescatar todo de golpe, sino estudiar una fórmula combinada, como rescates periódicos o capital parcial.
Además, los incentivos ligados a la sostenibilidad y diversificación apuntan hacia una banca que busca adaptarse a las nuevas demandas de responsabilidad financiera. Banco Santander parece liderar esa trayectoria, combinando flexibilidad con propuestas alineadas a criterios ASG.