La gastronomía catalana es reconocida en todo el mundo por su diversidad, calidad y riqueza cultural. De entre sus platos más emblemáticos destaca especialmente el pa amb tomaquet, una receta que, pese a su aparente simplicidad, sigue siendo objeto de malinterpretaciones más allá de las fronteras catalanas. Precisamente sobre esto ha hablado recientemente Paul Freedman, un norteamericano reconocido internacionalmente por ser un auténtico sabio de la cultura gastronómica catalana.
Freedman fue entrevistado en el programa "Tot es Mou" de TV3 por la periodista Helena Garcia Melero, donde abordó, entre otros temas, cómo percibe la presencia de la cocina catalana en el mundo. Durante la conversación, Freedman lanzó una frase contundente que resonó con fuerza: "El pa amb tomaquet que se come fuera de Catalunya no tiene sabor". Una sentencia que ha generado numerosas reacciones y que pone sobre la mesa la necesidad de respetar la esencia y la sencillez de una receta tradicional que parece sencilla, pero que no todos logran replicar adecuadamente.

El auténtico pa amb tomaquet tiene sus raíces en el corazón mismo de la gastronomía catalana, con ingredientes tan simples como pan, tomate maduro, aceite de oliva y sal. La clave radica precisamente en la calidad de estos elementos y en el respeto por su método de elaboración. El tomate debe restregarse sobre una rebanada de pan ligeramente tostado, impregnando su sabor pero sin triturarlo completamente. Luego, se añade un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra y un toque de sal para completar el sabor. Este proceso sencillo resalta los aromas naturales y frescos del tomate, en perfecta armonía con el pan crujiente.
Críticas al 'pantumaca'
La crítica de Freedman apunta directamente hacia aquellos que, por desconocimiento o comodidad, trituran el tomate y lo untan sobre el pan como si fuera una salsa común. Esta práctica, además de alejarse notablemente de la receta original catalana, transforma radicalmente el sabor y la textura final, haciendo que el resultado pierda autenticidad y sabor genuino.
Paul Freedman, además, aprovechó su intervención para señalar otro aspecto relevante: la escasa representación real de la cocina tradicional catalana en ciudades internacionales como Nueva York. Según expresó, es común encontrar platos denominados "paella" o sucedáneos que distan mucho del sabor original. En este sentido, Freedman llamó a defender y valorar la cocina catalana auténtica, al igual que se hace con otras cocinas internacionales ampliamente reconocidas como la italiana o la francesa.
Consejos de Paul Freedman
La reflexión final que se desprende de las palabras de Freedman es clara: preservar la gastronomía catalana es cuestión de autenticidad y respeto por la tradición. El pa amb tomaquet, en su versión original, es la expresión perfecta de esa sencillez llena de matices que distingue y enamora a quienes realmente conocen y aprecian la cultura culinaria catalana.