Un hombre con expresión de preocupación se cubre el rostro con una mano mientras un símbolo de grifo cerrado aparece sobre un paisaje árido y seco.

La zona emblemática de Catalunya que podría desaparecer dentro de unos años

Esta zona de Catalunya podría estar viviendo sus últimos tiempos de existencia

Los efectos del cambio climático están acelerando un fenómeno silencioso pero devastador en el Mediterráneo. Año tras año, el mar avanza, reclamando terreno que antes pertenecía a la tierra. Las olas rompen cada vez más adentro, y lo que hace unas décadas era una línea de costa estable, hoy es un frente de batalla perdido. Este proceso no es nuevo, pero nunca antes había ocurrido con tanta rapidez ni con consecuencias tan graves.

Los expertos advierten que, si no se toman medidas urgentes, un lugar emblemático del litoral catalán podría desaparecer en cuestión de años.  Y con él, se iría una de las reservas de biodiversidad más ricas del país, una joya natural de gran valor ecológico que ha resistido el paso del tiempo, pero que ahora se enfrenta a su mayor amenaza.

Reflejo de un reloj en un charco sobre un camino empedrado después de la lluvia.
Lluvia y un reloj en un círculo | AEMET

Un ecosistema al borde del colapso

Los científicos llevan décadas alertando sobre la regresión de este territorio en Catalunya. No solo se trata de la erosión costera, sino también de la falta de sedimentos que deberían haber llegado con el cauce de los ríos y que, por culpa de embalses y presas, nunca alcanzan el mar. A esto se suma la subida del nivel del agua, un fenómeno que, según los informes del IPCC, avanza a un ritmo de 3,4 mm anuales en el Mediterráneo, inundando lentamente zonas que antes estaban protegidas.

Sin barreras naturales, el agua salada ha comenzado a filtrarse en los humedales, alterando de forma irreversible los ecosistemas. Peces y aves que dependen del equilibrio entre agua dulce y salada han empezado a desaparecer. Y cada temporal, cada oleaje más intenso, arrastra consigo metros de tierra fértil que jamás se recuperarán.

Imagen de un mapa meteorológico que muestra una intensa actividad de lluvias en la región de Valencia con áreas en colores amarillo y azul indicando diferentes niveles de precipitación.
Un mapa de Catalunya con precipitaciones anunciadas | Twitter

Las cifras hablan por sí solas: solo en las últimas décadas, esta zona ha perdido más de 3 kilómetros de costa y más de 800 hectáreas de humedales han quedado sumergidas. Si la tendencia continúa, en pocos años lo que hoy sigue en pie habrá desaparecido bajo las aguas.

El dilema de la inacción

A pesar de la urgencia del problema, la respuesta de las administraciones ha sido lenta. Se han propuesto soluciones como la transferencia de sedimentos o la aplicación del modelo holandés de gestión costera, que consiste en redistribuir arena del fondo marino para reconstruir playas. Sin embargo, estas medidas han quedado atrapadas en trámites burocráticos, evaluaciones ambientales y debates interminables.

"Estamos viendo cómo el mar nos arrebata un ecosistema único y no se está haciendo nada para evitarlo", advierte Guillem Borés, gerente de la parte privada de este territorio.

Porque este lugar del que hablamos no es otro que la Isla de Buda, en el Delta del Ebro. Un enclave de 1.100 hectáreas, el mayor del delta, que podría desaparecer en los próximos años si no se actúa de inmediato.

"La Isla de Buda está condenada si seguimos así", sentencia Borés. Y con ella, desaparecerá un paisaje irrepetible, hogar de cientos de especies y un símbolo de la lucha entre el hombre y la naturaleza.