Un nuevo terremoto sacude el sector de la hostelería a nivel internacional. Mientras las grandes multinacionales como McDonald’s y Burger King siguen dominando el mercado y adaptándose a las nuevas tendencias, otras cadenas no logran resistir los embates de la competencia ni las transformaciones del consumo global.
Lo que parecía un modelo de negocio infalible ha empezado a tambalearse. El aumento de competidores, la inflación persistente, los cambios en los hábitos alimentarios y la evolución hacia propuestas gourmet o más sostenibles están haciendo mella en algunas de las marcas más reconocidas del sector. Y ahora, una de ellas ha dicho basta.
Auge y caída de un modelo saturado
El mercado de la comida rápida ha vivido un crecimiento exponencial durante décadas. Sin embargo, en los últimos años, muchos consumidores han comenzado a exigir más: ingredientes frescos, sostenibilidad, transparencia nutricional y precios ajustados. Esto ha dejado en evidencia a aquellas franquicias que no han sabido renovarse a tiempo.

Mientras algunas empresas han optado por reinventarse con el fenómeno de las “smash burgers”, más artesanales y de calidad, otras han quedado atrapadas en su modelo tradicional, sin margen para adaptarse. Este ha sido el caso de varias cadenas que, en un intento de competir en precios, han sacrificado calidad, imagen de marca y, finalmente, viabilidad.
Cierres en cadena: los números que lo explican
Durante el último año, los cierres de establecimientos han alcanzado cifras preocupantes. En Estados Unidos, cuna del modelo de comida rápida, se han cerrado cientos de locales. Y el ritmo no parece disminuir. Algunas marcas han registrado pérdidas históricas que reflejan una tendencia clara de saturación del mercado.

Por ejemplo, la cadena Hy-Vee ha clausurado 79 locales desde febrero de 2025. Hwy 55 Burger Shakes & Fries, por su parte, cerró 13 locales antes de terminar 2024. Pero ninguna de estas cifras ha llamado tanto la atención como la de otra marca muy conocida tanto en América como en Europa.
El caso más alarmante: cifras récord de locales clausurados
En lo que llevamos de año, la cadena estadounidense Jack in the Box ha cerrado entre 150 y 200 restaurantes solo durante el mes de abril. Una cifra que ilustra el colapso operativo de una empresa que, durante años, fue sinónimo de éxito en el mundo del fast food.
El impacto ha sido tan grande que incluso se habla de un repliegue estratégico sin precedentes en la historia de la compañía. La dirección ha justificado estos cierres como una medida de “optimización”, pero muchos analistas lo ven como un preludio a una crisis mayor.
Sin embargo, el golpe más duro para el público español y europeo no ha venido de Estados Unidos.
El cierre más impactante: Subway echa el cierre definitivo
Tras años liderando el mercado mundial con su propuesta de bocadillos personalizables, Subway ha iniciado el cierre progresivo de cientos de locales en todo el mundo. Solo en 2024, se clausuraron 631 establecimientos, una cifra que representa su mayor contracción desde 2021, cuando ya habían cerrado más de mil puntos de venta.
La empresa ha reconocido que no logra sostener el tamaño actual de su red, afectada por la caída en ventas y por una estructura que ha quedado obsoleta frente a los nuevos modelos de negocio. La cadena, que durante años fue percibida como una opción “más saludable” dentro del fast food, no ha conseguido mantenerse competitiva en un mercado donde las exigencias del consumidor no dejan margen para la complacencia.
Así, mientras los gigantes del sector siguen innovando y experimentando con nuevos formatos, Subway se despide discretamente de miles de clientes en todo el mundo. Ni McDonald’s ni Burger King. La gran caída del fast food este año lleva otro nombre. Y es el de Subway.