Las acciones del Banco Santander se han convertido en el principal foco de atención del sector bancario este 25 de junio de 2025. Durante la jornada bursátil, sus títulos han registrado una caída aproximada del 1,5 %, la mayor dentro del sector financiero en España. Este retroceso no es un hecho aislado, sino que se enmarca en un contexto de incertidumbre global que afecta al conjunto de los bancos.
El sentimiento negativo ha vuelto a instalarse en el mercado tras unos días de aparente calma. La tregua entre Irán e Israel había generado esperanzas de mayor estabilidad geopolítica, pero la realidad económica ha tomado un rumbo distinto. Los precios del petróleo, por ejemplo, han iniciado una tendencia a la baja que condiciona a numerosos sectores.
El impacto de los precios del petróleo en el sector financiero
Uno de los factores clave detrás de las caídas del Banco Santander y otras entidades es la presión deflacionista que genera la caída del crudo. El estrecho de Ormuz, esencial para el transporte de petróleo, parece que no sufrirá bloqueos y que Irán continuará con sus exportaciones. Esto ha disparado la oferta de petróleo y ha hundido los precios por debajo de los 70 dólares por barril.

Un petróleo más barato alivia los costes de transporte y reduce la presión inflacionista. Sin embargo, esta desinflación tiene un efecto directo en las expectativas de los bancos. Con un Banco Central Europeo que podría acelerar la bajada de tipos de interés, las entidades financieras ven cómo sus márgenes de beneficio se estrechan-
El veto del Gobierno a la fusión BBVA-Sabadell: otro golpe al sector
Otro elemento que ha añadido incertidumbre es la reciente decisión del Gobierno de España de bloquear la fusión entre BBVA y Sabadell durante al menos tres años. Este movimiento ha encendido las alarmas sobre la dificultad de futuras integraciones bancarias en el país.

La medida, que busca proteger la competencia, limita también las opciones de los bancos para ganar eficiencia. Para los inversores, este veto se traduce en un aumento de los riesgos políticos que pesan sobre el sector bancario. Las entidades podrían enfrentarse a múltiplos más bajos en el mercado, ante la menor capacidad de crecimiento inorgánico. El Banco Santander, aunque no implicado directamente en esta fusión, no es ajeno a este entorno de desconfianza.
Una corrección tras un inicio de año espectacular
Pese a las caídas recientes, cabe recordar que las acciones del Banco Santander acumulan una subida cercana al 57 % en lo que va de 2025. Esto demuestra que, aunque el entorno actual es desafiante, el valor había experimentado un fuerte impulso en los primeros meses del año.
El futuro inmediato del sector bancario estará marcado por la evolución de los tipos de interés, la política comercial entre Europa y Estados Unidos y el impacto del precio del crudo. Los inversores deberán vigilar estos elementos para anticipar los próximos movimientos de un sector tan sensible a los vaivenes del contexto macroeconómico.