Tenemos una administración pública sobredimensionada, con gastos innecesarios y con excesiva duplicidad de servicios. Cargos de confianza, asesores, miles y miles de personas cuyos cargos han sido adjudicados a dedo en un evidente acto de nepotismo. Subvenciones y ayudas públicas a aquellos que acaban de llegar y no han aportado nunca ni un duro. Todo esto cuesta dinero.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha encontrado la solución. Pagar más impuestos. Elevar la carga final al contribuyente no queda bien y resta apoyos políticos, así que es mejor trasladar estos impuestos a la banca. Comunicativamente es perfecto. Los impuestos no van para el contribuyente y van para un gigante empresarial que 'roba' el dinero de los más débiles.
Es otro ejemplo de la falsa creencia que más impuestos significa más recaudación. No por existir una carga fiscal más elevada, el Estado va a ingresar más dinero. En este caso corre el riesgo de que las empresas que generan este dinero trasladen su sede social a otras zonas con escenarios más beneficiosos.
Según un informe publicado por BNP Paribas, Caixabank, BBVA y Banco Santander serán los más perjudicados. En su conjunto, pagarán 1.423 millones de euros con cargo a las cuentas de 2024, mucho más de lo que les hubiera correspondido antes. Un 24% más.
En concreto, Caixabank pasará de tener que pagar 513 millones en impuestos a pagar 617 millones. Banco Santander hará lo propio, con una factura que subirá de 306 millones de 439 millones. Y BBVA verá incrementada su carga fiscal por este concepto de 325 millones a 367 millones.
Los clientes, los más perjudicados
Los votantes de PSOE y Sumar estarán contentos porque se grava con más fuerza a las entidades financieras. Ingenuos, desconocen que esta medida les acabará pasando factura. Es evidente que estos grandes bancos no están dispuestos a perder parte de sus beneficios. Por tanto, trasladarán esta carga fiscal excesiva a sus clientes en forma de comisiones bancarias o peores productos financieros.
Además, en un escenario cada vez menos competitivo (aún menos con OPA de BBVA a Sabadell), estas entidades bancarias tienen la excusa perfecta para no dar mejores condiciones a sus clientes.
Los accionistas, los otros perjudicados
El mismo informe pronostica que CaixaBank, Santander y BBVA sufrirán una caída de entre el 0,5% y el 1,9%. No obstante, Sabadell, Bankinter y Unicaja experimentarán un alza de entre el 1,9% y el 8,6%. La previsión de descenso puede provocar ventas de los valores y por tanto descensos en la cotización. Además, son valores que otorgan dividendo a su accionista, de modo que por culpa de esta carga fiscal extra, la entidad bancaria podría reducir el porcentaje de reparto de beneficios.