En la vida, desgraciadamente, nos tenemos que topar con personas que, si hace falta, nos pisotearán únicamente para lucrarse a ellos mismos. En el mundo de los negocios, especialmente, esto es bastante habitual, pues todos quieren ponerse la corona y el ombligo de cada uno parece ser el centro del universo. No obstante, también hay gente buena, mucho, que batalla desde una posición humilde y modesta por sacar adelante aquello por lo que llevan tiempo trabajando.
Este tipo de personas son Mari Cruz Valdivia y Juan Pau Jorge Orte, quienes se proclamaron vencedores del programa Joc de cartes a principios de año y obtuvieron un premio de 5.000 euros que les ayudó a empujar todavía más su proyecto. Y es que ambos regentan La roca del Corb, el restaurante que fue considerado por este programa de TV3 como el mejor en la categoría de restaurantes tradicionales y creativos de Lleida. Y aunque eso fue un chute de alegría, ahora, seis meses después, han recibido un duro varapalo.
Ellos mismos se han pasado por Tot es mou, el magacín de la televisión pública catalana para denunciar que el propietario del local donde tenían el restaurante ha hecho un par de movimientos peculiares. El primero de ellos ha sido el de echarles del espacio; se lo comunicó a través de un fax, alegando que había encontrado a un comprador. Esto, no obstante, no debería desembocar en problemas, pues en su contrato figuraba una cláusula que especificaba que el propietario estaba en su derecho de acometer esto.
La jugada del propietario
La parte sucia de la estrategia de este hombre llega cuando Mari Cruz Valdivia y Juan Pau Jorge Orte se enteran que en el mes de mayo, el propietario registró el nombre del restaurante. Por tanto, ahora se han quedado sin local y sin nombre. Y además, algo por lo que han reconocido estar especialmente molestos es porque han pasado cuatro meses desde que decidió registrar el nombre hasta que les ha comunicado que debían marcharse.
“Que en mayo registrara el nombre es que ya lo sabía, nos tendría que haber avisado para buscar algo en agosto cuando hay menos faena”, sentenciaba Juan Pau en Tot es Mou. Pero, para su alegría, también han confesado que han recibido muchos mensajes de tranquilidad por parte de sus conocidos y de los clientes habituales del restaurante.
"Todos nos han dicho que nos digamos como nos digamos, vendrán con nosotros. El alma de este restaurante somos nosotros”, proclamaba, satisfecha, Mari Cruz. Ahora, pues, el siguiente paso es el de encontrar un nuevo local en el que poder seguir regentando su restaurante. Y también encontrar un nuevo nombre.