Nacida en Barcelona hace ya 55 años, Helena García Melero es una de las caras visibles de TV3. Anteriormente dirigía el programa "Els matins", un magazin informativo de referencia que actualmente presenta Ariadna Oltra. Ahora, se encuentra presentando el programa de éxito "Tot es mou", uno de los espacios de más éxito de la cadena de televisión catalana.
Sin embargo, estos no son los únicos trabajos en los que ha tenido protagonismo Melero. La barcelonesa presentó diferentes ediciones del "Telenotícies" de TV3 entre 1992 y 2004. Además, ha estado presente también en el mundo de la rádio, colaborando con Ràdio Estel, Ràdio Barcelona y la Cadena SER.
Además, siempre se ha caracterizado por ser una mujer valiente, sin miedo a mostrar sus ideales y valores. Sus numerosos gestos en favor del independentismo catalán le han hecho ser aplaudida por muchos, y su carisma y personalidad le han ayudado a ser una de las caras más reconocibles de la cadena de televisión pública catalana.
Un programa lleno de nostalgia
El pasado 17 de julio vivimos un gran momento en el programa de Melero "Tot es mou". Y es que el espacio aprovechó que estamos en tiempos de verano y calor para recordar todos aquellos helados y "polos" tan míticos que nos han acompañado a muchos en nuestra infancia durante generaciones. Todos hemos tenido la suerte de poder pasar el verano acompañados de helados como los Calippo, Grigodedo, Maxibón, Frigopie o Pop-eye entre otros.
Con este tema sobre la mesa, el equipo de redacción del programa ha tenido la maravillosa idea de traer al "Tot es mou" a Joan Viñallonga, padre de los helados Drácula y Frigopie. Melero se ha quedado asombrada con su presencia, y han aprovechado la ocasión para hablar de los helados que revolucionaron la industria de estos alimentos en los veranos de la década de 1980.
"Hacíamos diferentes muestras, jugando con mezclas. La hicimos negra y dentro añadimos mermelada de fresa y después, vainilla... La capa de Drácula, la sangre de Drácula... y los dientes de Drácula", explicaba Viñallonga. Además el mismo Joan se sinceró y nos explicó que en un primer momento, la dirección de la compañía no vio con buenos ojos este diseño, aunque finalmente decidieron seguir adelante con el proyecto.
"Creo que pensaban que sería un fracaso. Fue brutal, y un exitazo porque ensuciaba la lengua de color negro y los niños jugaban a enseñarla", mencionaba Joan. También hubo tiempo para hablar sobre su otra gran creación, el Frigopie. Melero, entre risas y en un tono humorístico, le preguntó si detrás del diseño de este helado había "connotaciones fetichistas".
"Después de que funcionara bien el Frigodedo, fuimos a para al Frigopie", explicó Joan, el cual seguidamente también tiró de ironia para hablar sobre este posible fetichismo. "¿La versión apostólica? El consumo en casa aumentó y eran las madres las que compraban los helados para los hijos". Así pues, Melero se emocionó y tuvo unos momentos de cierta nostalgia al compartir sus experiencias con el "inventor de helados".