La digitalización y el aumento de las transacciones en línea ha provocado que las estafas financieras hayan proliferado. Esto ha afectado tanto a particulares como a empresas. Este fenómeno no solo representa una amenaza para la seguridad financiera de los ciudadanos, sino que también plantea desafíos fiscales significativos.
Ante esta realidad, la Agencia Tributaria ha establecido mecanismos que permiten a las víctimas de estafas reflejar estas pérdidas en su Declaración de la Renta, ofreciendo así una vía para mitigar el impacto económico sufrido.
¿Qué se considera una pérdida patrimonial por estafa?
Según la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), una pérdida patrimonial es una disminución en el valor del patrimonio del contribuyente que se manifiesta con ocasión de cualquier alteración en su composición, salvo que la ley lo califique como rendimiento.

En el caso de las estafas, esta pérdida se produce cuando un individuo es víctima de un engaño que le lleva a perder dinero, ya sea a través de transferencias bancarias no autorizadas, fraudes en compras en línea o suplantaciones de identidad.
Estas pérdidas, según explica un experto de Caixabank, no derivan de la transmisión de elementos patrimoniales, como la venta de un inmueble o acciones, sino que son consecuencia de actos ilícitos. Por ello, se integran en la base imponible general del IRPF y pueden ser compensadas con otras rentas del contribuyente, como salarios o rendimientos del capital inmobiliario.
Requisitos para deducir una estafa en la Declaración de la Renta
Para que la Agencia Tributaria acepte la deducción de una pérdida patrimonial por estafa, es imprescindible cumplir con ciertos requisitos:
- Justificación documental: No basta con presentar una denuncia ante la policía; es necesario aportar pruebas que acrediten la existencia de la estafa y la imposibilidad de recuperar el dinero. Esto puede incluir resoluciones judiciales, comunicaciones con entidades bancarias y cualquier otro documento que respalde la reclamación.
- Integración en la base imponible general: La pérdida debe declararse en el apartado correspondiente de la Declaración de la Renta, específicamente en la casilla destinada a "Otras ganancias y/o pérdidas patrimoniales imputables a 2023: Importe pérdidas".
- Compensación de la pérdida: La normativa permite compensar la pérdida patrimonial con hasta el 25% del saldo positivo de las rentas del trabajo y otras fuentes. Si la pérdida excede este límite, el importe restante puede aplicarse en los cuatro ejercicios fiscales siguientes.
- Recuperación posterior del dinero: En caso de que el contribuyente recupere total o parcialmente el dinero perdido, deberá declarar esta cantidad como una ganancia patrimonial en el ejercicio fiscal en que se reciba.

Procedimiento para declarar la pérdida por estafa
El proceso para incluir una pérdida patrimonial por estafa en la Declaración de la Renta implica los siguientes pasos:
- Denunciar la estafa: Presentar una denuncia ante las autoridades competentes es el primer paso para documentar el fraude.
- Reunir la documentación necesaria: Es fundamental recopilar todos los documentos que respalden la existencia de la estafa y la pérdida económica sufrida.
- Incluir la pérdida en la declaración: Utilizando el programa Renta Web de la Agencia Tributaria, el contribuyente debe reflejar la pérdida en la casilla correspondiente, asegurándose de cumplir con los requisitos establecidos.
- Conservar los justificantes: Es recomendable guardar toda la documentación relacionada con la estafa y la declaración, ya que Hacienda puede requerirla para verificar la deducción.
La letra pequeña
Es importante destacar que no todas las pérdidas patrimoniales son deducibles. La Agencia Tributaria excluye expresamente las pérdidas derivadas del consumo, relacionadas con el juego, donaciones o aquellas que no estén debidamente justificadas. Por tanto, es esencial asegurarse de que la pérdida cumple con los criterios establecidos antes de intentar deducirla.
Además, aunque el proceso de deducción puede ser complejo y requerir tiempo y recursos, representa una oportunidad para que las víctimas de estafas recuperen parte de lo perdido. Consultar con un asesor fiscal puede ser de gran ayuda para navegar este proceso y maximizar los beneficios fiscales disponibles.