En un contexto de creciente consolidación bancaria en España, la reciente aprobación condicional de la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) marca un hito significativo. Esta operación, valorada en aproximadamente 11.000 millones de euros, ha generado reacciones encontradas y plantea interrogantes sobre el futuro del sector financiero español.
La CNMC da luz verde con condiciones estrictas
Tras casi un año de análisis, la CNMC ha autorizado la adquisición de Banco Sabadell por parte de BBVA, imponiendo una serie de compromisos destinados a mitigar los riesgos para la competencia en el mercado bancario minorista. Entre las medidas acordadas se incluyen:
- No cerrar oficinas en municipios donde la entidad resultante tenga una posición dominante o donde no haya alternativas cercanas.
- Mantener las condiciones crediticias para pymes y autónomos, garantizando líneas de crédito asequibles y accesibles. Preservar las condiciones actuales en cajeros y medios de pago durante un período mínimo de tres años.
- Estas condiciones buscan asegurar la inclusión financiera y la cohesión territorial, especialmente en áreas rurales y regiones como Cataluña y la Comunidad Valenciana, donde la concentración bancaria podría afectar negativamente a los clientes.
Reacciones divergentes: BBVA optimista, Sabadell crítico
BBVA ha acogido con satisfacción la decisión de la CNMC, destacando que la fusión permitirá aumentar la capacidad de financiación a empresas y familias en 5.000 millones de euros adicionales al año.

El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, ha subrayado que los compromisos asumidos favorecen la inclusión financiera y la competitividad, especialmente en territorios donde la entidad tendrá mayor presencia.
Por su parte, Banco Sabadell ha expresado su desacuerdo con la metodología utilizada por la CNMC, argumentando que no es adecuada para analizar la unión de negocios bancarios orientados a pymes. Además, ha señalado que la oferta de BBVA representa una prima negativa del 7% respecto al precio actual de las acciones, lo que implicaría pérdidas para los accionistas que acepten la OPA.
Próximos pasos: decisión gubernamental y voto de los accionistas
La aprobación de la CNMC no es definitiva. El Ministerio de Economía dispone de 15 días hábiles para decidir si eleva la operación al Consejo de Ministros, que podría imponer condiciones adicionales basadas en criterios de interés general, como la cohesión territorial. Posteriormente, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) deberá verificar la transparencia de la información proporcionada a los accionistas de Sabadell.

Finalmente, serán los accionistas de Banco Sabadell quienes tendrán la última palabra sobre la operación. La entidad catalana ha anunciado que presentará sus resultados del primer trimestre la próxima semana y, en las semanas siguientes, dará a conocer su Plan Estratégico 2025-2027. Este plan busca demostrar la viabilidad y el potencial de crecimiento de Sabadell como entidad independiente, ofreciendo a los accionistas una alternativa a la integración con BBVA.
Implicaciones para el sector financiero español
La posible fusión entre BBVA y Banco Sabadell consolidaría aún más el sistema bancario español, reduciendo el número de grandes entidades y aumentando la concentración del mercado. Si bien BBVA argumenta que la operación fortalecerá su posición y capacidad de financiación, críticos advierten sobre los riesgos asociados a una menor competencia y la posible exclusión financiera en determinadas regiones.
En este contexto, la decisión final del Gobierno y la respuesta de los accionistas de Sabadell serán determinantes para el futuro de la operación y, por extensión, para el panorama bancario en España.