En un entorno marcado por un crecimiento pausado del PIB y una inflación que aún roza el 3 %, las decisiones financieras vinculadas a grandes celebraciones como bodas cobran especial relevancia. Las parejas que planean casarse hoy afrontan un escenario en el que el gasto puede desbordarse fácilmente si no se gestiona con rigor.
Un ejemplo de esta realidad es que el coste medio de una boda en España supera los 21 000 €, según Bodas.net. Este dato pone de relieve cómo el esfuerzo económico detrás de una boda se ha convertido en una cuestión de salud financiera, y por ello para muchos bancos —como BBVA—, casarse ya no es solo un acto emocional, sino una cuestión de orden económico.
Elección del régimen económico
BBVA comienza su consejo con una advertencia clara: antes de intercambiar los anillos es esencial acordar el régimen económico matrimonial. En España existen opciones como sociedad de gananciales, separación de bienes o régimen de participación. Elegir mal puede tener consecuencias serias en caso de separación o herencia.

BBVA invita a reflexionar sobre cómo un único préstamo contraído por uno de los cónyuges puede implicar al otro si están en gananciales, mientras que la separación de bienes ofrece mayor independencia patrimonial. Esta decisión, lejos de ser una formalidad, configura el marco legal y financiero que regirá la vida en común.
Ahorrar para la boda
Después de la elección del régimen legal, la segunda recomendación de BBVA es clara: ahorrar de manera sistemática y sin complicaciones. La entidad promueve la funcionalidad de redondeo desde su app, que permite convertir pequeñas compras en microahorros automáticos.
Esta estrategia —lejos de ser trivial— permite generar un colchón sin esfuerzo, que puede complementarse con aportaciones periódicas programadas a través de productos como “BBVA Plan”. El objetivo es disponer de un fondo para la boda sin renunciar a liquidez ni desequilibrar las finanzas diarias.

Regalos y perspectiva fiscal
Recibir dinero como regalo de boda es cada vez más habitual. Alrededor del 75 % de los novios prefiere este formato. Pero las transferencias o regalos en efectivo no están exentos de obligaciones. En España, estos importes están sujetos al Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones si superan ciertos umbrales. Además, los bancos informan a Hacienda sobre ingresos en efectivo superiores a 3 000 € o billetes de alta denominación.
BBVA aconseja recibir estas aportaciones en una cuenta aparte para facilitar la trazabilidad y justificar su origen. Declarar la recepción mediante el modelo 651 evita sanciones y posibles recargos por parte de Hacienda, ya que la inspección puede extenderse hasta cuatro años después. El uso de cuentas compartidas ayuda además a gestionar de forma transparente los fondos recibidos.
Casarse con inteligencia financiera
En un momento donde casarse implica también planificar con cabeza, BBVA plantea una hoja de ruta estructurada: decidir el régimen económico, ahorrar con constancia y asegurar una correcta gestión fiscal de los regalos. Esto no disminuye la emoción del día, sino que la refuerza al evitar sobresaltos financieros posteriores.

En tiempos de precios elevados y presión inflacionaria, una boda bien preparada —con ahorros líquidos y obligaciones cumplidas— permite disfrutar el evento con plenitud y sin descuidar la salud económica de la pareja. BBVA deja un mensaje claro: casarse es más que un acto sentimental, es un compromiso también con el futuro económico de la unión.