Una persona sonriente con un moño en el cabello sostiene un teléfono móvil frente a un edificio con el logotipo de Santander.

El consejo del Banco Santander que te interesa seas o no cliente

Lo han comunicado a través de su cuenta oficial de X, antes Twitter

En un contexto en el que la digitalización financiera avanza a pasos agigantados y las operaciones bancarias se trasladan de forma masiva a internet, la seguridad digital se convierte en uno de los pilares fundamentales para la confianza en el sistema bancario.

No es casualidad que los principales bancos, tanto en España como a nivel internacional, refuercen sus campañas de concienciación y prevención ante los riesgos cibernéticos, especialmente en un año marcado por el aumento de los fraudes digitales y el crecimiento exponencial de las operaciones online. Según datos recientes del Banco de España, más del 65% de los usuarios realiza ya sus transacciones bancarias a través de aplicaciones móviles, una cifra que ha crecido más de un 20% respecto a años anteriores.

Este entorno, aparentemente cómodo y eficiente, viene acompañado de nuevas amenazas. Las cifras son claras: los ciberataques dirigidos a usuarios de banca en España se han incrementado más de un 35% en el último año, con especial incidencia en fraudes relacionados con el robo de credenciales y accesos no autorizados. Así lo han confirmado organismos como el INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad), que alertan de la necesidad de reforzar las contraseñas y extremar la vigilancia en todo momento.

Una persona con expresión preocupada mira su teléfono frente a un edificio con el logo de un banco.
Montaje en el que se ve una oficina de Banco Santander y una persona preocupada | Banco Santander, Lisa Summer

La clave está en la contraseña: por qué el riesgo es mayor de lo que parece

Entre las recomendaciones más insistentes que realizan las entidades financieras se encuentra una cuestión aparentemente sencilla, pero que sigue siendo ignorada por una parte significativa de los usuarios: la fortaleza de las contraseñas. Un reciente mensaje publicado por Banco Santander en redes sociales, acompañado de una imagen simbólica de un calendario con fechas señaladas y la advertencia “Si te gusta tu fecha de cumpleaños, a un hacker más aún”, pone sobre la mesa un problema de enorme actualidad: la costumbre de utilizar claves demasiado previsibles.

Esta práctica, que puede parecer inocente, supone un riesgo mayúsculo en la era digital. Diversos estudios de ciberseguridad apuntan que, en más del 50% de los casos, los accesos fraudulentos a cuentas bancarias comienzan con el descifrado de contraseñas débiles, siendo las fechas de nacimiento, el número de DNI y secuencias básicas como ‘1234’ o ‘0000’ los principales errores.

Los hackers cuentan con herramientas automatizadas capaces de probar millones de combinaciones en apenas unos segundos, priorizando siempre los patrones más obvios y los datos personales públicos en redes sociales. Así, algo tan aparentemente inocuo como compartir la fecha de cumpleaños en Facebook puede convertirse en una vulnerabilidad para tu banca digital.

Santander Key y la apuesta por la autenticación multifactor

Más allá de la fortaleza de la contraseña, la tendencia en el sector financiero apunta hacia sistemas de autenticación multifactor, como los códigos temporales o las aplicaciones de validación. El propio Santander, en su campaña, recomienda utilizar herramientas como Santander Key para añadir una capa extra de seguridad a las operaciones.

Este tipo de sistemas ya se ha convertido en el estándar de las principales entidades europeas y es uno de los pilares de la directiva PSD2 de la Unión Europea, que exige métodos de autenticación reforzada en todas las operaciones consideradas sensibles.

Santander Key, en concreto, funciona como una app que genera códigos de un solo uso para cada transacción, reduciendo de forma drástica el riesgo de que una contraseña robada o descifrada sea suficiente para vaciar una cuenta. Otras entidades han adoptado sistemas similares, apostando por la biometría (huella dactilar, reconocimiento facial) o incluso el envío de códigos por SMS. La clave está en dificultar al máximo la labor de los ciberdelincuentes, obligándoles a sortear varias barreras antes de poder acceder a fondos o datos personales.

Oficina del Banco Santander y un iPhone 16
Imagen del Banco Santander y de un móvil | @santander_es, XCatalunya

Cómo crear una contraseña verdaderamente segura

Los expertos en ciberseguridad coinciden en algunos consejos básicos a la hora de crear una contraseña robusta: debe tener al menos 12 caracteres, combinar letras mayúsculas, minúsculas, números y símbolos, y evitar cualquier referencia personal fácil de adivinar.

Lo ideal es utilizar frases o combinaciones aleatorias de palabras, que no tengan sentido entre sí, y cambiarlas periódicamente. Además, es fundamental no reutilizar la misma clave en diferentes servicios y apoyarse en gestores de contraseñas seguros.

La banca, consciente de que el factor humano es a menudo el eslabón más débil, insiste en la formación continua de sus clientes. Los simulacros de phishing, las alertas automáticas y los recursos educativos disponibles en las webs de los bancos son cada vez más habituales.

Un mensaje para todos los usuarios, no solo clientes del Santander

En definitiva, el consejo del Banco Santander trasciende a su propia clientela y resulta relevante para cualquier usuario que interactúe con servicios bancarios online. La digitalización de la economía no tiene marcha atrás, pero el éxito del nuevo paradigma depende de la capacidad de todos —bancos y clientes— para anticipar los riesgos y proteger los recursos.

En un entorno donde los ataques evolucionan constantemente, la información y la prevención son las mejores armas. Por ello, revisar y reforzar la seguridad de tus contraseñas debería ser una prioridad, seas o no cliente del Santander. La diferencia entre sufrir un fraude y mantener tus ahorros a salvo puede estar, literalmente, en una clave bien elegida.