Cachorro de montaña de los Pirineos tumbado en el césped con un círculo que muestra fuegos artificiales azules.

El claro mensaje de un perrito con los cohetes de Navidad

Simple, conciso y claro

Los perros poseen una sensibilidad auditiva notablemente más aguda que los humanos. Esto les permite captar sonidos en un rango de frecuencias más amplio y con mayor intensidad.

Sin embargo, esta capacidad, que resulta ventajosa en muchos contextos, se convierte en un factor de vulnerabilidad frente a ruidos fuertes e inesperados. Los cohetes y fuegos artificiales, típicos de festividades, protagonizan el trasfondo de este mensaje que se ha viralizado en X. 

"De parte de mi perrito..."

De cara a las fiestas de navidad, los fuegos artificiales son uno de los elementos que más se usan para festejar. Pero los animales lo pasan mal ante estos estímulos. Por ello, el usuario de X, @muzeriqui, ha compartido una foto de su mascota, con un mensaje claro y sencillo. "Esta navidad métete tus cohetes en el culo".

Estos sonidos, acompañados de luces y vibraciones, suelen desencadenar en los perros respuestas de miedo y ansiedad, dado que los perciben como estímulos amenazantes e impredecibles.

El peligro de los fuegos artificiales

Los fuegos artificiales generan en los perros una combinación de estrés y confusión. A diferencia de otros ruidos cotidianos, los estallidos de los cohetes carecen de un patrón predecible, lo que dificulta que los perros se adapten a ellos.

Además, la intensidad del ruido puede ser abrumadora, incluso en interiores, haciendo que el entorno que normalmente perciben como seguro se convierta en una fuente de angustia.

Fuegos artificiales iluminando el cielo nocturno con destellos de colores.
Fuegos artificiales | Instagram

Este estrés se manifiesta en síntomas como temblores, salivación excesiva, jadeos, ladridos continuos, intentos desesperados de esconderse e incluso comportamientos agresivos. En casos más graves, algunos perros llegan a autolesionarse o a huir descontroladamente, lo que incrementa el riesgo de accidentes y pérdidas.

Más allá de los fuegos

La exposición repetida a estos estímulos puede tener consecuencias físicas y emocionales significativas. El miedo extremo puede elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto afecta el sistema inmunológico y causando trastornos digestivos, pérdida de apetito e incluso problemas cardíacos en animales más vulnerables.

Por ello, es crucial que los dueños tomen medidas para proteger a sus mascotas durante estas situaciones. La creación de un refugio seguro en casa es una estrategia eficaz para ayudar a los perros a enfrentar estos eventos.

Fuegos artificiales iluminan el cielo nocturno sobre un edificio histórico mientras una multitud observa el espectáculo.
Fuegos artificiales | @compleXcty

Este espacio debe estar alejado de ventanas y puertas, preferiblemente en un lugar tranquilo y con poca iluminación. Añadir elementos familiares como su cama, mantas y juguetes puede contribuir a su sensación de seguridad.

Además, utilizar ruido blanco, música relajante o la televisión puede enmascarar parcialmente los sonidos de los fuegos artificiales, reduciendo su impacto.

Otra medida importante es mantener la calma en todo momento. Los perros son extremadamente perceptivos a las emociones de sus dueños, y una actitud tranquila y relajada puede transmitirles confianza.

Consultar con un veterinario sobre el uso de feromonas, productos naturales calmantes o medicación específica para reducir la ansiedad es otra opción a considerar, especialmente en casos de fobias severas.

Las alternativas

También es fundamental que las comunidades sean conscientes de los efectos que los fuegos artificiales tienen en los animales. También que consideren alternativas más seguras, como espectáculos silenciosos, cada vez más populares en varias ciudades.

Este enfoque no solo protege a los animales, sino que también beneficia a personas con sensibilidad al ruido, como bebés o personas mayores.

Proteger a los perros de los fuegos artificiales no es solo una cuestión de cuidado individual, sino un compromiso colectivo para garantizar el bienestar de estos compañeros leales.

Implementar medidas preventivas y fomentar prácticas respetuosas puede marcar la diferencia en la calidad de vida de nuestras mascotas.